tribuna

La Laguna: por qué no excluir a Cs y PP

La Laguna ha votado cambio. Como en 2015; pero entonces no fue posible. Y no porque lo impidieran Ciudadanos y PP, sino el PSOE de entonces. A nadie más que a mí le gustaría comprobar que el PSOE de ahora ya no es aquél. En La Laguna, como en Canarias, la tarea a acometer no es sólo la de un cambio de Gobierno, sino la de desmontar un Régimen, un sistema de poder, casi tan duradero como el franquismo. Por eso el cambio tiene un no sé qué de Transición.

Tal vez pocos detalles lo radiografían mejor que la orden dada a Clavijo por la representante de constructores y promotores inmobiliarios de no cambiar ni una coma del Proyecto de Ley del Suelo “durante su paseíllo parlamentario” o la destitución de un consejero que se atrevió a cuestionar los convenios con la sanidad privada y su sustitución (previa expulsión del PSOE del Gobierno) por un directivo de la patronal sanitaria. El cambio se encontrará con notables resistencias que, adelanto, no provendrá de una CC en la oposición, inerme sin el poder; sino que se hará a extramuros de las Instituciones, a través de los canales de influencia en la opinión pública de los sectores económicos a los que CC ha beneficiado con largueza. Por eso, los gobiernos de cambio necesitarán los más amplios apoyos, tanto para su investidura como para su andadura. Que en La Laguna, como en Canarias, el cambio debe tener una orientación progresista es el veredicto de las urnas. Y esa orientación se medirá por quién desempeñe la alcaldía, por la composición del gobierno municipal mayoritariamente progresista, por su programa y, sobre todo, por su gestión. Pero es un error no abrir la nueva etapa a la participación de otras fuerzas políticas. O dicho de otra manera: limitar el diálogo con el PP o Ciudadanos a la votación de investidura y pactos programáticos (puntuales o de legislatura) y ponerles un STOP a la posibilidad de que participen en el Gobierno.

No será necesario subrayar hasta dónde estará dispuesta CC a llegar para no perder el Gobierno de las principales Instituciones. Bastaría con recordar su campaña electoral, merecedora de un “detenido examen jurídico y fiscal” (Carlos Sosa), para hacernos una idea. Ir, por tanto, a las investiduras con apoyos ajustados es una operación de alto riesgo. Estas elecciones locales y autonómicas han sido el rabo de nubes de la tormenta política que zanjó la ciudadanía española el 28A. La vida es así y a quienes nos alivió profundamente el éxito del PSOE en las elecciones generales no puede disgustarnos su epílogo el 26M. Porque quien está pa’ las verdes está pa’ las maduras. España ha vivido una encrucijada muy seria en los últimos meses.

Manifesté mi apoyo al PSOE ante las elecciones generales porque pensé y pienso que es el Partido en mejores condiciones de restablecer la convivencia democrática en la sociedad española. Y, créanme, me identifico con el legado y la estela histórica del socialismo español; pero conozco también sus luces y sus sombras. Como las de todas empresa humana. No me preocupa especialmente la existencia de un partido como Vox, sino que una parte de la ciudadanía rememore con nostalgia las tradiciones hispanas más intransigentes y conservadoras, las más irracionales. Por fortuna, y por ahora, la sociedad española renovó su pacto constitucional, el sustentado en la libertad, la igualdad, la democracia y la unidad, la diversidad y la solidad territoriales.

El mensaje fue tan claro que hasta el PP, compitiendo con Ciudadanos hasta el día anterior en una deriva ultra, se despertó al día siguiente con el eslogan Centrados. Dejémoslos regresar a la moderación. No les tranquemos las puertas. Ni en la Comunidades Autónoma ni en los ayuntamientos canarios. Aquí, en La Laguna (como en Canarias), la prioridad no es aislar a la ultraderecha. Ya lo han hecho las urnas. Sino desmontar un Régimen que ha colonizado las Instituciones y, desde ahí, va colonizando la sociedad. Que ha ido cerrando a cal y canto frente a la alternancia el sistema político del Archipiélago, lo que es “por de pronto también un hecho de experiencia fácilmente comprobable” (Enterría). Y para lograr ese objetivo, no sobra “naide”.

*CANDIDATO DE AVANTE LA LAGUNA

TE PUEDE INTERESAR