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Luis Gonzalo: “Sorprende ser un referente a nivel internacional e irrelevante aquí”

Exmilitar y escritor
Luis Gonzalo. DA
Luis Gonzalo. DA
Luis Gonzalo. DA

Por Yurena Díaz

Luis Gonzalo Segura presentó el pasado martes su última obra, En la guarida de la bestia, en la Feria de Libro de Santa Cruz de Tenerife. Allí charlamos sobre la situación actual del ejército y cómo vislumbra el futuro. Sin duda, la obra y el testimonio de Luis Gonzalo Segura han supuesto un antes y un después en el conocimiento de la realidad de las fuerzas armadas españolas. Este joven, exteniente perseguido y expulsado del Ejército, ha conseguido remover los cimientos de todo un sistema militar anclado en el pasado.

-Lleva años denunciando prácticas de abuso y corrupción en el ejército español. ¿Se ha rectificado en algo, se ha mejorado la situación?
“Desgraciadamente, no. Los cambios a nivel institucional son muy lentos y aunque hemos conseguido que cada vez sea mayor el conocimiento social sobre lo que sucede en los cuarteles, este aumento del conocimiento y la concienciación no se ha traducido todavía en mejoras visibles. Muy al contrario, la sensación es que se ha producido un retroceso. En el caso de las mujeres y su situación, en el libro En la guarida de la bestia se analizan auténticos dramas”.

– Sigue siendo el Ejército una institución cerrada y obsoleta
“Y ultraderechista. Es uno de los enormes problemas con los que nos encontramos a día de hoy y uno de los mayores peligros que nos amenazarán durante los próximos diez años”.

– ¿Se puede afirmar que el ejército español es demócrata?
“No, más bien todo lo contrario. Un ejército que vota mayoritariamente, especialmente en su cúpula, a Vox no puede ser demócrata”.

– Usted afirma que el ejército español es el mismo ejército franquista ¿Sigue siendo así?
“Completamente. Hay que pensar que nuestras Fuerzas Armadas se han modernizado en aspectos exclusivamente técnicos, tácticos y logísticos, pero siguen careciendo de sindicatos o manteniendo una justicia militar. Ambas situaciones son una anomalía con respecto al resto de ejércitos europeos”.

-Háblenos de su último libro, En la guarida de la bestia.
“Se trata de un ensayo en el que se recopilan los casos de acosos, agresiones sexuales o violaciones producidos en las Fuerzas Armadas. Y los resultados son desalentadores. Ellos, los denunciados, siguen dentro, son ascendidos y condecorados; ellas, son expulsadas después de ser acosadas laboralmente. Dramático”.

-¿Son habituales los casos de agresiones y violencia contra las mujeres?
“Desgraciadamente, lo son, pero con todo, lo peor no es que estos casos sucedan, pues suceden en toda la sociedad, lo peor es que queden sin castigo. Peor aún, que se castigue a la denunciante. Es horrible”.

-¿Cuál es el resultado habitual de las denuncias por violencia por parte de las mujeres militares y cuáles las consecuencias?
“Como ya hemos comentado, las denunciantes son expulsadas y los denunciados son recompensados por el sistema. Imaginemos lo que eso supone para las víctimas”.

-Usted se ha convertido en un símbolo de lucha contra las irregularidades en el Ejército,… pero da la sensación de que también se ha convertido en la amenaza de lo que les puede pasar a otros militares para que no sigan su ejemplo.
“Sobre mí ha caído todo el peso de la institución y, aunque he sentido un apoyo popular enorme, lo cierto es que ha terminado por aplastarme. Y ese aplastamiento se muestra a todos aquellos que pudieran querer tomar el mismo camino”.

-A usted lo expulsaron del Ejército, ¿el proceso de expulsión fue habitual o especial? ¿Cuál es su situación actual?
“Estoy luchando en los tribunales europeos y todavía tengo alguna causa en el Tribunal Constitucional. Esperemos que finalmente haya suerte”.

– ¿Siente que la sociedad y los partidos políticos de izquierdas lo han dejado solo, que han mirado a otro lado, que no lo han apoyado?
“He recibido un apoyo enorme tanto de la sociedad como de partidos políticos, pero los partidos políticos a nivel nacional creo que podrían haber hecho más. Deberían luchar por los denunciantes de corrupción y por los demócratas con más intensidad. No puede ser que terminemos siendo expulsados. Es una derrota para todos”.

-¿Cómo vive la censura mediática?
“Con tristeza. Incluso con naturalidad. España no es una democracia entre otras cuestiones porque casi no cuenta con medios de comunicación independientes. De hecho, la mayor parte ejercen de cuerpos militares del poder”.

-¿Tiene esperanza en que se pueda cambiar la situación actual?
“Esperanza, siempre. Nunca podemos rendirnos, porque nos debemos a nuestros hijos y a los que nos precedieron, no podemos ni debemos traicionarles”.

-Se ha convertido en referencia internacional, ¿y aquí en España?
“Sorprende ser referencia a nivel internacional e irrelevante a nivel español, pero hay que aceptarlo”.

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