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Hasta 34 calles de Santa Cruz incumplen la Ley de Memoria Histórica

El Puente Serrador o la avenida Francisco La Roche son algunas de las que el estudio encargado por el Ayuntamiento de Santa Cruz propone para que sean cambiadas
El puente del General Serrador es uno de los espacios públicos que incumple la Ley de Memoria Histórica. Fran Pallero
El puente del General Serrador es uno de los espacios públicos que incumple                        la Ley de Memoria Histórica. Fran Pallero
El puente del General Serrador es uno de los espacios públicos que incumple la Ley de Memoria Histórica. Fran Pallero

Un viejo estudio municipal cifraba en más de un centenar las calles que en Santa Cruz hacían referencia al periodo franquista. Después de un cribado realizado por la Comisión Técnica de Memoria Histórica de la capital, esa cifra se redujo a poco más de una treintena. Las mismas que ahora el estudio encargado por el Ayuntamiento de Santa Cruz a la Universidad de La Laguna confirma que incumplen la Ley de Memoria Histórica. El minucioso y detallado estudio que la doctora María Isabel Navarro ha realizado sobre el cumplimiento de una ley que lleva en vigor 12 años concreta en 34 las calles de la capital que incumplen la citada normativa. Entre ellas algunas que ya se ponían en duda sin necesidad de estudio como el puente Serrador y la rambla General Escámez, también la calle Calvo Sotelo o la de Alférez Provisional o Sargento Provisional. Entre los nombres analizados hay militares, políticos, artistas… Todos ellos con algo en común: su participación de una manera clara para que la sublevación contra la Segunda República triunfara y se mantuviera en el tiempo, viéndose además beneficiados por ello de una forma u otra.

El estudio analiza seis grupos de denominaciones: los nombres que reconocen a militares rebeldes sublevados contra el orden legal, en el que se incluyen nueve calles; militares, voluntarios y civiles fallecidos en la Guerra Civil, con otros cinco nombres; voluntarios del 18 de julio y posteriores junto a alféreces y sargentos provisionales, con ocho vías más; cargos políticos en periodos de excepción y periodos posteriores, con seis nombres; ideólogos, propagandistas e iconógrafos del régimen, con cinco calles; y por último el grupo con nombres de civiles colaboracionistas en el que se incluye una única calle.

Según detalla Navarro, en el callejero de Santa Cruz existen “denominaciones de vías y otros espacios públicos que honran y perpetúan la memoria de doce de estos militares franquistas”. Nueve de ellos se incluyen dentro del primer grupo, el de militares sublevados. Se trata de las calles de Anatolio de Fuentes García, Comandante Alfonso Moreno Ureña, Conde Pallasar, Dacio V. Darias Padrón, Francisco Bonnín Guerín, José Maldonado Dugour, Juan Vara Terán, Puente del Generador Serrador y Rambla del General García Escámez. Según detalla el informe todos estos nombres cumplen con al menos tres de los cinco criterios metodológicos establecidos por los investigadores para comprobar si cumplen o no con la Ley de Memoria Histórica. En primer lugar participaron en la sublevación, además desempeñaron cargos políticos e instituciones de importancia en los ámbitos local, insular, provincial o nacional durante la Guerra Civil y el periodo dictatorial, y en tercer lugar fueron miembros o partícipes en los distintos tipos de represión ejercida a partir de 1936.

En cuanto al segundo grupo, el de los voluntarios, militares y civiles fallecidos en la Guerra Civil, constata el estudio que el culto a estas personas fue un elemento decisivo en la propaganda y movilización de guerra, así como la legitimación de la dictadura. En este grupo se incluyen las vías denominadas Calvo Sotelo, Capitán Gómez Landero, Comandante Sánchez Pinto, Santiago Cuadrado (primer fallecido de los sublevados) y Teniente Martín Bencomo.

El tercer grupo analiza tanto a los voluntarios como a los sargentos y alféreces provisionales. En el primero de ellos, el estudio señala que desempeñaron un papel de gran importancia en las primeras semanas de la guerra, “ya que contribuyeron al control del territorio, al mantenimiento de la disciplina de los reclutas en las unidades militares y a las tareas represivas iniciales”. Estos nombres se corresponden en el callejero con Joaquín Amigó de Lara, Modesto Vidarte Uraga y Tomás Zerolo Fuentes. En cuanto al segundo grupo, la denominación de alféreces y sargentos provisionales, “hace referencia a un tipo de subalterno y suboficial de complemento que se generalizaron en las zonas sublevadas contra el gobierno legítimo de la Segunda República”. “El papel de los provisionales fue muy destacado, dado que el número de alféreces provisionales ascendió a 30.000 y el de sargentos superó los 24.000. Ambos colectivos tuvieron numerosas bajas en combate, lo que reforzó la identidad de ambos colectivos”. En este grupo se incluyen las calles Cándido Luis García San Juan, Doctor Zerolo, Miguel Zerolo Fuentes, Modesto Vidarte, Sargento Provisional, plaza Joaquín Amigó de Lara, plazoleta del Alférez Provisional y puente de Javier de Loño.

En el grupo referente a cargos políticos en periodos de excepción y en periodos posteriores, “se han incluido aquellos políticos cuya actividad principal, además de las privadas o sectarias, fue el desempeño de cargos públicos o en el partido único”. “Todos ellos tuvieron responsabilidades clave a la hora de consolidar la situación creada tras la toma del poder en la Isla y ciudad por rebeldes; en varios de los casos estudiados colaboraron en la represión y participación en alguna de sus formas, contribuyeron a la difusión de las consignas del régimen, a la imposición de su política memorial y, de distintas maneras, fueron beneficiarios del régimen dictatorial al que contribuyeron con sus actividades”. En este apartado se incluye la avenida Francisco La-Roche, las calles Américo López Méndez, Belisario Guimerá y del Castillo Valero y Eusebio Ramos González, el paseo Francisco Aguilar y Paz, y la plazoleta del Doctor Pablos Abril.

En cuanto a ideólogos, propagandistas e iconógrafos del régimen, aborda las denominaciones de vías y espacios públicos de propagandistas y artistas que prestaron sus servicios a la sublevación y a la dictadura. “Unos servicios que fueron más allá del periodístico y artístico, que les reportaron beneficios y reconocimientos sociales y profesionales por la fidelidad y contribución del estado dictatorial que se iba conformando al tiempo que se destruía el orden legal republicano. Además, algunos de los biografiados llegaron a desempeñar cargos públicos”. La propuesta de modificación es para las calles Adalberto Benítez Tugores, Elías Ramos González, Manuel Ramos Vela, Pintor José Aguiar y glorieta del Arquitecto Marrero Regalado.

El último de los grupos analizados es el que hace referencia a los civiles colaboracionistas, personas que colaboraron con la rebelión desde distintos ámbitos, tanto en términos de apoyo logístico a la represión, a la movilización y al encuadramiento de la población, como con gestiones y contribuciones de diverso tipo. En este caso solo se incluye un nombre, la de la calle Ernesto Groth, que fue vicecónsul de Alemania, Finlandia y fundador de la Asociación para la promoción del Colegio Alemán. Consta como miembro de la inteligencia alemana en Canarias desde la I Guerra Mundial y consta en listados ingleses como espía nazi en la Segunda Guerra Mundial.

El estudio se completa con una ficha individual de cada uno de los nombres propuestos para ser cambiados por incumplir la Ley de Memoria Histórica.

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