La idea de que “una copita al día” es buena para la salud ha quedado desterrada por la evidencia científica más reciente. Sí, el vino contiene antioxidantes, pero para beneficiarnos de sus efectos habría que ingerir “litros y litros”, con lo que la concentración de alcohol los cancelaría. Lo mismo ocurre con la cerveza: a menos que sea ‘sin’, su consumo continuado no tiene ninguna consecuencia saludable.
El criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que no hay una cantidad mínima de alcohol que se pueda considerar segura para la salud. Pero, ¿tan mala puede ser una única copa para acompañar la comida o el tapeo en comparación con otras prácticas universalmente reconocidas como dañinas como beber hasta emborracharse los fines de semana?
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