Si las posibilidades de un acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos se midieran por esta entrevista, serían escasas y quizá volviéramos a las urnas por tercera vez si no hay antes una gran coalición, formal o virtual. Y no solo porque Rafa Mayoral, secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos no se fíe un pelo del PSOE. La cuestión es más profunda y anida en esa disputa histórica de la izquierda. A un lado, los socialistas, reformistas pragmáticos para unos, vendidos al capital para otros. En el barrio de enfrente, la ‘verdadera’ izquierda, auténticos progresistas para los suyos, dogmáticos intransigentes para los otros. Así continúan, hasta la derrota final.
¿No cree que criticar la exhumación de Franco por electoralismo le hace el juego a quienes intentan restar el valor que esto tiene para la democracia?
“Llega muy tarde. Y es feo hacerlo en campaña electoral, debería ser un sentimiento colectivo del pueblo, independientemente de sus opciones políticas”.
Pero llevamos tanto tiempo de campaña electoral…
“Sí, pero se podía haber esperado al día siguiente de las elecciones. Y luego está la cuestión de la impunidad pendiente en nuestro país. Es muy duro que Billy ‘El Niño’ siga ostentando medallas pensionadas después de perseguir demócratas. O que Martín Villa, responsable del ametrallamiento de la iglesia de San Francisco, donde murieron cinco personas, fuera presidente de Endesa y haya sido homenajeado como uno de los artífices de la democracia”.
¿Cataluña les está trastocando la campaña electoral? Se olvida un poco la agenda social, donde ustedes son fuertes…
“La agenda social y la cuestión plurinacional, que va más allá de Cataluña. El principal problema es que no nos reconocemos como el pueblo que somos, plurinacional y pluri-regional. Pero sí, hay una intención de ocultar la cuestión social, no solamente con Cataluña, con cualquier cosa. Hemos denunciado esta semana que el Gobierno de Sánchez envió un documento a Bruselas donde planteaba hacer una nueva reforma laboral más dura que la del PP. Y eso está silenciado, nadie le pregunta a este Gobierno que no responde preguntas”.
¿Usted cree que Junqueras es un preso político?
“No lo creo yo, lo cree también José María Mena, exfiscal superior de Cataluña, que afirma que la interpretación que hace el Supremo del delito de sedición sitúa claramente a los encarcelados como presos políticos. A los problemas políticos no se le pueden dar soluciones penales. Habrá que sentarse y negociar”.
Cuando los aliados de Podemos en Cataluña se abstienen en el Parlament ante una resolución pidiendo la salida de la Guardia Civil, ¿no le dan argumentos a Sánchez para que rechace su entrada en un Gobierno?
“No lo creo. Nosotros habríamos aportado al Gobierno capacidad de diálogo con sectores con los que Sánchez no quiere dialogar. Pero es que tampoco quiere dialogar con nosotros. Fuimos muy ingenuos. Mientras hacía el circo en las negociaciones con nosotros, había otra mesa paralela en la que el PP le ofrecía la estabilidad en lo social, lo económico y lo territorial. Lo único que no podían darle era la investidura. Nos querían a nosotros para eso, de tontos útiles”.
Y siguen apostando por un Gobierno de coalición con el PSOE… ¿no hay una cierta contradicción?
“Claro, hay que cabalgar las contradicciones. Pero lo que hemos aprendido es que no podemos hacer solo un pacto programático con el PSOE porque hace con él lo que quiere. La única forma de garantizar que esas políticas se cumplan es entrando en el Ejecutivo”.
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, dijo que el acuerdo de coalición no era tan malo para una organización de cinco años…
“Es que era mentira. Si hubiéramos dicho sí, habrían buscado otra excusa. Hicieron el paripé para que pareciera que iban en serio. Pero las ofertas, si son verdaderas, no caducan como el yogur”.
Íñigo Errejón dice que él habría aceptado el acuerdo…
“Yo creo que lo habría aceptado sin haberse sentado a negociar, desde el principio. No hubiera llegado a abrirse la posibilidad de que formara parte de un Gobierno de coalición”.
Si el 10-N Unidos Podemos baja, ¿alguien tiene que asumir alguna responsabilidad?
“Las valoraciones políticas a priori son muy difíciles de hacer. En estos momentos, lo único que está en cuestión es pelear hasta el final y ver cuáles son los resultados. Después de darnos por muertos muchas veces, este muerto está muy vivo”.
Pero ya no rozan con los dedos, como en 2015, lo de convertirse en la fuerza hegemónica de la izquierda…
“El ejercicio del poder que hace el PSOE desde el Gobierno y el factor del miedo que suponía Vox supuso un degaste electoral para nosotros, amén de la campaña ininterrupida de la cloaca. Pocas formaciones se han visto sometidas al fuego cruzado que hemos aguantado durante todo este tiempo: informes falsos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, jueces que conspiran con ministros, como tuvo que sufrir Vicky Rosell, campañas de difamación permanente… Una vez se han convocado estas elecciones, hemos tenido conocimiento de que hay una investigación abierta por una jueza a cuatro diputados de Podemos por defender a los trabajadores de Alcoa, en un procedimiento absolutamente ilegal justificado por el ministro del Interior”.
Pasa el tiempo y el PSOE sigue siendo el partido hegemónico de la clase trabajadora…
“Ha habido momentos. En las elecciones de 2015, sumando Podemos e IU, sacamos más votos entre la clase trabajadora”.
Un momento muy excepcional…
“El problema no es que nosotros estemos a la izquierda del PSOE, sino que somos la única fuerza autónoma del poder económico. El principal problema que tienen las élites de nuestro país es que somos una fuerza de carácter popular que emergió respondiendo a los anhelos de la gente que estaba perdiendo el miedo en esta sociedad. También hemos tenido dificultades, porque no es fácil vertebrar una organización estatal con tantas citas electorales. Lo que pensábamos que iba a ser una batalla de movimientos muy rápida se ha convertido en una guerra de desgaste”.
Si el 10-N se genera un escenario parecido, ¿defiende volver a condicionar una investidura a Sánchez a la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno?
“Obviamente. A entrar en un Gobierno y a tener un programa. En este país hay un mantra que dice que, en el Gobierno, solo pueden estar PP o PSOE”.
¿No se pueden defender los intereses de la gente desde fuera del Gobierno? Acordaron los presupuestos más sociales de la democracia…
“Sí, y conseguimos la subida del salario mínimo, pero no otros compromisos como la derogación de la reforma laboral, el control de las casas de apuestas o el control del precio de los alquileres. Sánchez se permitió el lujo de ir a Onda Cero y decir que controlar el precio de los alquileres era hacer intervencionismo, cuando hoy en día vemos cómo lo hace Berlín o California, donde no hay precisamente un sóviet. La única forma de abrir puestas y ventanas es que, en el Gobierno, haya una fuerza que no sea parte del bipartidismo y que no esté controlada por los poderes económicos”.
¿Pero es lo mismo un gobierno PP-CS-PSOE que uno del PSOE con un presupuesto como el que aprobaron ustedes?
“¡Y con un Sánchez que fuera el mismo que acudió al programa de Salvados a denunciar a los poderes económicos! ¡Y el unicornio! Por lo que me está preguntando es por un unicornio. Y ,desgraciadamente, no existen. Aquí hay que optar. Y el PSOE tiene que decidir si está dispuesto a hacerle cumplir las leyes al poder económico o no”.
Dígame tres propuestas esenciales de Podemos para estas elecciones.
“La primera es derogar las reformas laborales y luchar contra la precariedad. La segunda es controlar el precio de la vivienda, fundamental. Y la tercera, un sistema fiscal progresivo que haga que los ricos paguen impuestos de verdad”.
Los nacionalistas canarios dicen que la política madrileña siempre tiende a olvidar a las Islas, ¿qué le parece?
“Creo que Unidas Podemos ha sido una voz fuerte en el parlamento defendiendo a las siete estrellas verdes. La voz de Alberto Rodríguez es la que ha identificado mejor las necesidades del pueblo canario. La plurinacionalidad que defendemos incluye a Canarias, y hay que