La Chasnera nunca falla: seis premios en su séptimo año ligada a la fortuna

El surtidor de la fortuna, la gasolinera de la suerte, el kilómetro 54 más conocido de España, con La Chasnera se agotan los calificativos cuando llega la Navidad y con ella el sorteo de lotería más longevo de Europa (209 años) y el más familiar de cuantos se juegan. Un año más, y van siete, La Chasnera no ha faltado a la cita con la fortuna, repartiendo nada menos que seis de los trece grandes premios que se sortearon ayer, como cada 22 de diciembre.

La gasolinera Repsol del Grupo González -gestiona ocho en la Isla y va camino de la novena en Arafo- no pudo saborear por tercer año consecutivo el Gordo, que sorprendió a todos saliendo cuando se llevaban apenas ocho minutos de sorteo -el segundo más madrugador de la historia-, pero que a lo largo de la mañana se fue ajustando al pronóstico que le confiere ser un lugar casi seguro para que la fortuna no pase, sino se quede. No olvidemos que La Chasnera, descartando a las administraciones de Doña Manolita, en Madrid o Sort, en Lleida, está considerada, desde hace unos años, como uno de los receptores -máquina expendedora- que más vende en toda España, justo a raíz, hace siete años, de repartir nada menos que los 200 millones de euros de todo el segundo premio.

Desde entonces, La Chasnera no ha faltado a la cita con la fortuna, y este año terminó casi sin espacio en la cristalera de la receptora en la tienda de la gasolinera, para que el delegado provincial de Selae, Luis de Montis, pudiera colocar hasta seis carteles: tercer, cuarto y cuatro quintos premios. Un botín, que sin embargo, no se tradujo en una gran cantidad económica, si lo comparamos con otros años -en 2018, solo los 26 décimos del Gordo repartieron 10,4 millones de euros- terminando con 800.000 euros, 180.000 menos que la última bonoloto que salió premiada en La Chasnera, que no solo endulza la Navidad, sino durante todo el año.

Ayer, pese al palo de un Gordo tempranero que pasó de largo de La Chasnera y de toda Canarias, la estación se convirtió pronto en un hervidero de periodistas y curiosos, pegados ante el televisor, mientras las vendedoras Mariela y Yaiza atendían al público que ya adquirían números para El Niño. Pronto cayeron dos quintos premios, pero fue el tercer premio (00750) el que disparó la emoción en la pequeña tienda, rodeada entre refrescos, chocolatinas, juguetes, periódicos y hasta papas negras por los cables de televisiones y radios presentes en busca de las palabras de José Miguel González o sus hijos Miriam, José y Aarón, siempre presentes en un día tan señalado para los González.

Mientras llegó otro quinto premio y tras una hora larga sin premios, casi ya al mediodía, cuando De Montis ya había colocado los carteles del tercer y tres quintos premios, llegó el cuarto y hasta un quinto más. Ya era hora de descorchar la sidra, como se ha venido haciendo cada año desde 2013. “Desde entonces no hemos parado de dar premios”, manifestaba José Miguel González, de nuevo abrumado, porque por mucho que siempre espera dar premios, se sigue “emocionando igual”.

Pero realmente cuando se emocionó fue cuando una señora de Candelaria llamó por teléfono a la tienda. Allí le atendió una vendedora, que tras confirmarle que su décimo estaba premiado,  le pasó la llamada “al jefe”, a quien le dijo que “yo y mi familia estamos en paro y nos gustaría saber si podemos cobrar los 6.000 euros del premio”, algo que no podrá hacer hasta hoy, le contestó José Miguel González, emocionado ante la sinceridad de la poseedora de un décimo del 74740, uno de los cuatro quintos que repartió la estación granadillera.
Al final, La Chasnera terminaba otro 22 de diciembre repartiendo 800.00 euros en premios, con cinco décimos del tercer premio (250.000 euros), ocho del cuarto (160.0000 euros) y 65 décimos de cuatro quintos  premios (6.293, 66.212, 74770 y 81.610), 390.000 euros.