El tercer juicio político en la historia de los Estados Unidos comenzó oficialmente el jueves en medio de una serie de nuevas acusaciones sobre los tratos del presidente Trump con Ucrania, que varios republicanos se apresuraron a minimizar al rechazar las peticiones demócratas para una mayor investigación.
Un día histórico
El juicio de juicio político pudo comenzar finalmente después de que los siete administradores de la Cámara, dirigidos por el presidente de la Cámara de Inteligencia, Adam B. Schiff, demócrata por California al que Trump normalmente alude por medio de un “nombrete”, llegaron al Senado para presentar formalmente los dos artículos o cargos: abuso de poder y obstrucción al Congreso.
Después de que el sargento de armas del Senado advirtiera a los senadores que debían permanecer en silencio “en pena de encarcelamiento,” Schiff leyó el texto de la Resolución de la Cámara 755 bajo las palabras de “juicio político de Donald John Trump, presidente de los Estados Unidos, por graves crímenes y delitos”, añadiendo con solemnidad que el presidente Trump por lo tanto, se enfrenta a un juicio político, destitución del cargo y descalificación para ocupar y disfrutar cualquier cargo de honor, fideicomiso o lucro en los Estados Unidos.
Más tarde, John G. Roberts Jr., juez principal de los Estados Unidos, juró presidir el juicio. Roberts pidió a los senadores que juraran hacer justicia imparcial de acuerdo con la Constitución y las leyes. Si bien cada senador llevó a cabo el juramento, los dos bandos inmediatamente se enfrentaron sobre su interpretación de lo que constituye un juicio justo. El punto clave de la división era si permitir el testimonio de testigos puede arrojar luz adicional sobre los tratos de Trump con Ucrania.
La disyuntiva de los testigos
Los demócratas están poniendo presión para llamar a declarar a varios testigos que no participaron en los procedimientos de juicio político de la Cámara, incluido el ex asesor de seguridad nacional John Bolton y el jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney.
La Casa Blanca ha bloqueado el testimonio de varios funcionarios con conocimiento directo de la conducta de Trump, pero algunos republicanos indicaron que estaban abiertos a considerar testigos después de la fase inicial del juicio, que el líder de la mayoría del Senado, el republicano por Kentucky, Mitch McConnell dijo que comenzará después del día festivo en honor a Martin Luther King Jr.
El senador republicano de Dakota del Norte, Kevin Cramer, se encuentra entre un grupo de senadores que impulsa la idea de reciprocidad, mediante la cual ambas partes pueden llamar a testigos. Algunos republicanos, incluido el mismo Trump, han dicho que están interesados en escuchar a Hunter Biden, hijo del candidato demócrata a las elecciones de 2020, y al denunciante anónimo quien desató la investigación que desencadenó el juicio político.
Por su parte los demócratas, al ser minoría en el Senado, necesitarían todos sus votos más cuatro republicanos con el fin de asegurar el testimonio de cualquier testigo en particular.
Otros senadores trataron de eludir la cuestión de los testigos por completo con el objetivo de evitar a los periodistas y subrayar la atmósfera tensa que rodea el caso.
En lugar de responder una pregunta sobre el juicio político, la senadora Martha McSally, republicana de Arizona, insultó repetidamente a un reportero de CNN, un intercambio que la campaña de Trump más tarde elogió y promovió.
El siguiente paso en el juicio político
Por ahora, los 53 senadores republicanos deben permanecer en silencio, mientras los administradores designados de la Cámara de Representantes revelan un registro incriminatorio de documentos y testimonios de testigos que alegan que Trump abusó de su poder para buscar munición contra sus opositores políticos en Ucrania, incluido el exvicepresidente Joe Biden.
Hasta ahora, muchos senadores republicanos han tratado de evitar preguntas sobre la conducta del presidente, declarando que en realidad no han estado siguiendo los dramas de juicio político de la Cámara de Representantes o advirtiendo que como jurados, sería inapropiado hablar sobre un caso que aún no han escuchado.
Los defensores más acérrimos del presidente adoptaron sus afirmaciones de “comportamiento perfecto” y repitieron hasta la saciedad que todo el asunto es solo un engaño a pesar de que la evidencia se sigue amontonando.
El tema de los testigos es complicado: de gran importancia para los demócratas y una amenaza para los republicanos. Lev Parnas, un antiguo socio del abogado personal de Trump Rudolph W. Giuliani, ha alegado que Trump sabía de su papel en Ucrania para beneficiar al presidente políticamente, y esta semana proporcionó al Congreso documentos para respaldar sus afirmaciones. Trump, quien ha sido retratado varias veces con Parnas, negó conocerlo en absoluto, quitando importancia a fotos en las que aparece junto a él y Giulani.
Muchos de los legisladores republicanos expresaron su parecer diciendo que no querían saber nada de nuevos testigos o investigar más a fondo la conducta de Trump durante el juicio. El coro de republicanos que no están dispuestos a considerar evidencia adicional es una clara indicación de que los demócratas lo van a tener muy cuesta arriba en su esfuerzo por seguir construyendo un caso contra Trump en el Senado. Los cargos de juicio político se centran en la acusación de que el presidente retuvo la ayuda militar y una reunión de la Casa Blanca para presionar a Ucrania a investigar a sus rivales políticos, incluido el exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter. Los demócratas acusan a sus colegas republicanos de hacer la vista gorda ante pruebas incriminatorias, escenificando un encubrimiento político para proteger al presidente.
Nuevos documentos reveladores
Los demócratas dijeron que su caso se vio reforzado esta semana por un informe de una agencia de vigilancia del Congreso que descubrió que la Casa Blanca violó la ley federal cuando retuvo la ayuda de seguridad a Ucrania el año pasado. La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno, una agencia independiente que informa al Congreso, descubrió que la administración quebrantó una ley que rige la forma en que el poder ejecutivo desembolsa el dinero aprobado por el Congreso. La Casa Blanca cuestionó los hallazgos que de por sí, no conllevan posibles sanciones penales. Pero los demócratas aprovecharon el informe para buscar más revelaciones sobre las deliberaciones y los eventos que llevaron al dinero, que desde entonces ha sido liberado, retenido el verano pasado.
El juicio político en tres puntos:
Lo que está sucediendo ahora: Trump es ahora el tercer presidente de los Estados Unidos en ser acusado, después de que la Cámara de Representantes presentara dos artículos (cargos) de juicio político contra él.
Lo que sucederá después: el impeachment no significa que el presidente haya sido destituido de su cargo. El Senado celebra un juicio para tomar esa determinación. La Cámara votó el miércoles para nombrar gerentes de juicio político y transmitir los artículos de juicio político al Senado. El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, dijo que el proceso comenzará formalmente la próxima semana.
Cómo llegamos aquí: una denuncia de irregularidades llevó a la presidenta de la Cámara de Representantes de mayoría demócrata, Nancy Pelosi, a anunciar el comienzo de una investigación oficial de destitución el 24 de septiembre. A continuación, se celebraron audiencias a puerta cerrada y documentos de citación relacionados con la llamada telefónica del presidente el 25 de julio con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. Después de dos semanas de audiencias públicas en noviembre, el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes escribió un informe que fue enviado al Comité Judicial de la Cámara de Representantes, que realizó sus propias audiencias. Pelosi y los demócratas de la Cámara anunciaron los artículos de juicio político contra Trump el 10 de diciembre. El Comité Judicial aprobó dos artículos de juicio político contra Trump: abuso de poder y obstrucción del Congreso.
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