Treinta y cuatro miembros del servicio estadounidense han sido diagnosticados con lesiones cerebrales traumáticas luego del ataque con misiles iraníes contra las fuerzas estadounidenses en Irak a principios de este mes. Irán disparó más de una docena de misiles balísticos contra dos bases aéreas iraquíes el 8 de enero en represalia por el asesinato en Estados Unidos del general Qassem Soleimani, influyente y poderoso comandante militar iraní, según el portavoz del Pentágono Jonathan Hoffman.
El presidente Donald Trump, se había apuntado un tanto a la acción en Oriente Medio, y se ha mostrado decidido a restar importancia a las tensiones con Irán a raíz de los ataques de represalia contra las bases iraquíes que albergan tropas estadounidenses. Una de las premisas más importantes a la hora de “olvidar” el ataque de los iraníes es -según reiteró Trump en numerosas ocasiones- que no hubo víctimas que lamentar ni heridos en el lado estadounidense.
“Irán parece estar retirándose, lo cual es algo bueno para todas las partes interesadas y algo muy bueno para el mundo”, había dicho Trump, en ese tono sombrío y robótico que utiliza durante las conferencias de prensa en las que lee del teleprompter, añadiendo que el sistema de alerta temprana funcionó a la perfección por lo que no se perdieron vidas estadounidenses o iraquíes.
Trump parecía estar posicionando a los EE. UU. para reducir la escalada, pero ofreció muy poco espacio para que Irán maniobrara, esencialmente apegándose a un enfoque maximalista y exigiendo que ocurriera una reducción en los términos norteamericanos: Trump anunciaba en ese momento, que su administración volvería a golpear a Irán con más sanciones y exigía que los aliados de EE. UU.
abandonen el acuerdo nuclear para que se pueda negociar un nuevo pacto. “Estados Unidos impondrá inmediatamente sanciones económicas punitivas adicionales al régimen iraní”, dijo Trump, señalando que su administración continuaba revisando otras opciones para responder al ataque con misiles iraníes, pero sin ofrecer ninguna oportunidad de ir a una guerra que realmente ninguno de los dos países desea.
En total, en los nuevos informes presentados, se ha dado a conocer la cifra de treinta y cuatro efectivos militares heridos durante el ataque. Diecisiete de los miembros del servicio que resultaron heridos ya han regresado al servicio en Irak. Dieciséis de ellos fueron tratados localmente en el país. Nueve miembros del servicio todavía están bajo tratamiento en Alemania. Otros ocho miembros del servicio que habían sido trasladados a Alemania fueron enviados a Estados Unidos para recibir tratamiento adicional.
Estos ocho miembros -que llegaron a los Estados Unidos el viernes por la mañana- serán tratados en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed o en hospitales en sus bases de operaciones.
Aunque las lesiones cerebrales traumáticas no siempre son aparentes inmediatamente después de haber sido sufridas, la divulgación de los miembros del servicio estadounidense lesionados indica que el impacto del ataque fue más grave de lo que indicaron las evaluaciones preliminares.
Más grave de lo anunciado
El Pentágono y el presidente Donald Trump habían dicho inicialmente que ningún miembro del servicio resultó herido o muerto en el ataque con misiles iraníes del 8 de enero como represalia por el ataque con aviones no tripulados estadounidenses del 2 de enero que mató al general iraní de alto rango.
A raíz de este nuevo desarrollo, el Departamento de Defensa revisará sus procedimientos para estimar y documentar las lesiones sufridas por los miembros del servicio. “El objetivo es ser tan transparente, preciso y proporcionar al pueblo estadounidense y a los miembros de nuestro servicio la mejor información sobre los enormes sacrificios que hacen nuestros combatientes de guerra”, dijo el portavoz del Pentágono durante una rueda de prensa, este mismo viernes.
A principios de esta semana, el presidente Donald Trump dijo que no considera que las posibles lesiones cerebrales sean tan graves como las heridas de combate físico, minimizando la gravedad de las lesiones sufridas en Irak.
Durante el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, se le pidió a Trump que explicara la discrepancia entre sus comentarios anteriores, de que ningún miembro del servicio estadounidense resultó herido en el ataque con misiles iraníes a la base aérea de Al-Asad en Irak, y los últimos informes de que militares estadounidenses están siendo tratados por lesiones sufridas en el bombardeo.
“Escuché que tenían dolores de cabeza y un par de cosas más, pero diría, y puedo informar que no es muy grave”, respondió Trump durante la conferencia de prensa.
La semana pasada, el Comando Central de Estados Unidos dijo que 11 miembros del servicio habían sido tratados por síntomas de conmoción cerebral como consecuencia del ataque. Esta semana CENTCOM anunció que miembros adicionales -sin proporcionar números exactos- habían resultado heridos. Las lesiones cerebrales traumáticas no siempre son aparentes inmediatamente después de haberlas sufrido.
Síntomas y secuelas
Según los expertos, una conmoción cerebral es una lesión cerebral traumática que afecta la función cerebral.
Las conmociones cerebrales generalmente son causadas por un golpe en la cabeza. Una sacudida violenta en la cabeza y/o parte superior del cuerpo también puede causar conmociones cerebrales. Algunas conmociones cerebrales causan pérdida de conocimiento, pero en la mayoría de los casos no, por lo que es posible tener una conmoción cerebral y no darse cuenta. La mayoría de los pacientes generalmente se recuperan por completo después de una conmoción cerebral.
Los signos y síntomas de una conmoción cerebral pueden ser sutiles y pueden no aparecer de inmediato, pueden durar días, semanas o incluso prolongarse más tiempo. Los síntomas comunes después de una lesión cerebral traumática conmoción cerebral son dolor de cabeza, pérdida de memoria (amnesia) y confusión, y también pueden incluir zumbidos en los oídos, mareos, náuseas, vómitos, y fatiga entre otros.
Algunos de estos síntomas aparecen de inmediato, mientras que otros pueden retrasarse durante horas o días después de sufrir la lesión. Las posibles complicaciones de una conmoción cerebral incluyen dolores de cabeza postraumáticos. Algunos pacientes experimentan dolores de cabeza en el periodo de una semana o unos meses después de la lesión cerebral.
También es posible que se presente el vértigo postraumático, por el que algunos de los afectados experimentan una sensación de giro o mareos durante días, semanas o meses después de una lesión cerebral. Algunas personas tienen síntomas, como dolores de cabeza, mareos y dificultades para pensar, unos días después de una conmoción cerebral, aunque los síntomas pueden continuar durante semanas o meses. Efectos acumulativos de múltiples lesiones cerebrales.
Es posible que los pacientes que hayan recibido una o más lesiones cerebrales traumáticas en el transcurso de sus vidas tengan un mayor riesgo de desarrollar un deterioro duradero, posiblemente progresivo, que limite sus funciones.
En raras ocasiones, experimentar una segunda conmoción cerebral antes de que se resuelvan los signos y síntomas de una primera conmoción cerebral puede provocar una inflamación cerebral rápida y generalmente mortal. La conmoción cerebral cambia los niveles de químicos cerebrales. Por lo general, estos niveles tardan aproximadamente una semana en estabilizarse nuevamente, pero el tiempo de recuperación varía. Aún así, las secuelas de las conmociones cerebrales continúan siendo objeto de estudio.
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