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Nerviosismo demócrata ante el caucus de Iowa

En la Asamblea no se eligen ganadores, se eliminan perdedores

El caucus de Iowa, mañana, 3 de febrero, será el pistoletazo de salida en el proceso de ungir al candidato demócrata, que se enfrentará al presidente Donald Trump en noviembre de este año. Un vestigio de la organización a la antigua usanza en una época en la que la mayoría de las acciones políticas se han movido bajo los focos poderosos de las redes sociales, por lo que los comités de Iowa pueden parecer oscuros y anacrónicos para todos aquellos extraños a este proceso electoral, y algunas novedades en respuesta a las críticas sobre la importancia y los procedimientos de Iowa, podrían complicar aún más las cosas.

El Caucus de Iowa

Las votaciones estado por estado en las que se basan los partidos demócrata y republicano para elegir a sus candidatos presidenciales se presentan en dos variedades: una elección primaria, en la que los votantes seleccionan sus preferencias en las papeletas en privado, o una asamblea o caucus, donde la votación es pública y participativa. Las asambleas fueron en su momento la práctica más común, pese a requerir más tiempo y esfuerzo que simplemente votar en un colegio electoral. Un movimiento de décadas hacia una mayor participación los ha convertido en una especie en peligro de extinción. Del lado demócrata, solo Iowa y otros tres estados -Nevada, Dakota del Norte y Wyoming- celebrarán asambleas en lugar de primarias este año. Los republicanos han cancelado las asambleas en muchos estados como parte de un esfuerzo por despejar el camino de Trump hacia la nueva nominación.

Entendiendo el proceso

El 3 de febrero, los habitantes de Iowa se reunirán en 1.683 recintos como escuelas, bibliotecas, iglesias y hogares para registrar el nombre de su candidato preferido para la Casa Blanca. Las asambleas republicanas serán relativamente sencillas, confirmando a Trump como el candidato de su partido. Para los demócratas, el proceso es más complicado y puede ser caótico, con capitanes de precintos que utilizan todo tipo de persuasión para ganarse a los partidarios. Algunos participantes pueden llegar a formar un grupo no comprometido como protesta o por indecisión, invitando a las súplicas de los grupos de candidatos.

El siguiente paso

Esa elección inicial se denomina la primera asignación, y determina qué candidatos son viables. Aquellos que no logran alcanzar el umbral establecido entre el 15% y el 25%, dependiendo del tamaño del recinto, tienen que elegir entre tratar de ganar suficientes miembros nuevos para ser viables; unirse al caucus de su segunda opción; no comprometerse, o incluso irse a casa sin plasmar su opinión. Hay un intenso cabildeo cara a cara cuando los candidatos sustitutos intentan atraer a los partidarios de los candidatos no viables a sus campos. En esta realineación, un candidato no viable podría ganar suficientes seguidores para ganar delegados, pero un candidato que fuera viable en la primera ronda no puede permitirse perder el apoyo en la segunda ronda. Después de esta oportunidad única de reorganización, se hace el recuento final para determinar el número de delegados del recinto que serán enviados a convenciones posteriores.

Publicación de resultados

Históricamente, el partido Demócrata de Iowa ha publicado los resultados en términos de equivalentes a delegados estatales: un número estimado de delegados que cada candidato llevará a la convención estatal el 13 de junio. Pero esta vez, en aras de una mayor transparencia, el partido dará a conocer tres números: la primera asignación (el número de asistentes al caucus que apoyan a cada candidato antes de que se eliminen los candidatos no viables); la asignación final (el número que apoya a los candidatos viables); y los equivalentes delegados estatales. Si esos números difieren, los candidatos podrían elegir el nú-mero que más les convenga, lo que puede llegar a hacer el proceso más confuso.

Importancia del caucus de Iowa

Iowa es el primer estado en votar y de ahí su trascendencia. No es porque Iowa sea una sección representativa de América, ni por su fuerza de voto. Además, tiene un historial bastante pobre a la hora de predecir ganadores, ya que desde 1972, solo tres presidentes (Jimmy Carter, George W. Bush y Barack Obama) han ganado tanto el caucus de Iowa como la presidencia. Pero si bien es cierto que Iowa no siempre elige ganadores, sí elimina perdedores.

Los retos de los demócratas

Los candidatos presidenciales demócratas están luchando contra el mal clima invernal y la virulencia de un juicio político que domina los titulares nacionales y mantiene castigados a los senadores en Washington en lugar de permitirles enfocarse en la campaña electoral. Los votantes demócratas de Iowa, mientras tanto, todavía están tratando de decidirse. Iowa se ha mantenido en un nivel superior de cuatro candidatos con el ex vicepresidente Joe Biden, el senador de Vermont Bernie Sanders, la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren y el ex alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg. La senadora de Minnesota, Amy Klobuchar, todavía está buscando ascender a ese nivel. Las encuestas estatales y nacionales muestran a Sanders en su posición más fuerte en la carrera pocos días antes de que comience la votación, aunque esta semana recibió una reprimenda más aguda de lo habitual por parte de su rival Biden y nuevas críticas de su enemiga de 2016, Hillary Clinton.

Senadores ‘atrapados’ en Washington DC

Los senadores que todavía se postulan para presidente han puesto a mal tiempo buena cara mientras el juicio político consume a Washington y, casi de manera uniforme, han hablado sobre cómo están cumpliendo sus obligaciones constitucionales al pasar horas de audiencias de juicio político en lugar de reunir partidarios en Iowa. Pero debajo de esos deberes solemnes está la preocupación. Todos se preguntan a quien le da ventaja y a quien desfavorece el desarrollo del impeachment de Trump, si es mejor para candidatos como Buttigieg, Biden y Yang que ahora tienen a Iowa para ellos solos, o para senadores como Warren, Sanders, Klobuchar y Michael Bennet, quienes se han convertido en caras habituales de la televisión por cable mientras se desarrolla el drama del juicio político.

La amenaza Bloomberg

Una amenaza pende sobre las cabezas de todos los demócratas que luchan por ganar las primarias en Iowa y Nueva Hampshire. Se trata del magnate Michael Bloomberg, quien está evitando los primeros cuatro estados y gastando cientos de millones de dólares para posicionarse a la delantera del Súpermartes a principios de marzo.
El exalcalde de Nueva York gastó la ingente cantidad de 235 millones de dólares en publicidad en televisión, radio y digital, casi nueve veces más que Buttigieg. Esa cifra posiblemente parezca insignificante en comparación con el total, que no saldrá a la luz hasta finales de este mes, cuando se presente su primer informe a la Comisión Federal de Elecciones.
Los anuncios de Bloomberg se han vuelto omnipresentes, tanto que se han metido bajo la piel del presidente Donald Trump, según han publicado diferentes medios de comunicación norteamericanos.
La apuesta de Bloomberg es que en una carrera en la que los demócratas quieren vencer a Trump sobre todas las cosas, si se desempeña bien a principios de marzo y demuestra que puede enfrentarse al presidente en noviembre, llevará todas las de ganar entre las filas de su partido. Y lo hará, además, sin el desgaste que suponen los innumerables enfrentamientos previos en asambleas y primarias como la del 3 de febrero.
En definitiva, el caucus de mañana en Iowa pone en marcha la gran maquinaria de decisión del partido demócrata, que hasta ahora ha fallado en proporcionar un rival imbatible que pueda desbancar la figura carismática del presidente Trump.

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