en la frontera

Sanidad y Estado de bienestar

La sanidad española es expresión, a mi parecer, del profundo grado de solidaridad de nuestra sociedad en todos sus estamentos. Solo se puede explicar su entramado, ciertamente complejo, avanzado técnica y socialmente – también muy perfectible- por la acción solidaria de sucesivas generaciones de españoles y por la decidida acción política de gobiernos de variado signo. Pienso que en este terreno hay méritos indudables de todos.

Sobre bases heredadas a lo largo de tantos años, hemos contribuido, de modo indudable, al desarrollo de una sanidad, en algunos sentidos, ejemplar. Y con el desarrollo autonómico se han desenvuelto experiencias de gestión que suponen ciertamente un enriquecimiento del modelo -en su pluralismo- para toda España. Por eso, no es casualidad que el Foro Económico Mundial acabe de premiar a España precisamente en relación con la sanidad.

El modelo es perfectible pues precisa de reformas que deben ir por el camino de la flexibilización, la agilización, la desburocratización, la racionalización en la asignación de recursos , de su optimización, y de la personalización y humanización en las prestaciones. Que en muchos sentidos el modelo sea ejemplar no quiere decir que sea viable en los términos en que estaba concebido, ni que no pueda ser mejor orientado de cara a un servicio más extenso y eficaz.

Queda mucho, muchísimo, por hacer. La asistencia sanitaria universal no puede ser una realidad nominal o contable, porque la asistencia debe ser universalmente cualificada desde un punto de vista técnico-médico, inmediata en la perspectiva temporal, personalizada en el trato, porque la centralidad de la persona en nuestras políticas lo exige.

Y, además, debe estar articulada con programas de investigación avanzada; con innovaciones de la gestión que la hagan más eficaz; con una adecuación permanente de medios a las nuevas circunstancias y necesidades; con sistemas que promocionen la competencia a través de la pluralidad de interpretaciones en el modelo que -eso sí- en ningún caso rompan la homogeneidad básica en la prestación, etc.

La persona en el centro de la acción política, el bienestar como condición y medio para su desarrollo y la atención sanitaria es objetivo prioritario en las tareas del Estado y de la sociedad. Nada menos.

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