Santa Cruz ha solicitado al Gobierno de Canarias que se ponga manos a la obra para elaborar un protocolo de actuación ante episodios de calima como los sufridos por el Archipiélago el domingo pasado. El origen de esta petición está en la oleada de críticas a las que ha tenido que hacer frente el nuevo equipo de Gobierno, con Patricia Hernández a la cabeza, por haber mantenido la celebración del Carnaval de Día el pasado domingo, con las alertas activadas por viento y calima. El primero provocó numerosos incidentes en el norte de la Isla, donde hasta cinco municipios se vieron afectados. La segunda produjo el peor episodio en los últimos 40 años. Se acusó a Santa Cruz de falta de solidaridad con los municipios del Norte y de imprudencia ante los elevados niveles de contaminación, los más altos de todo el mundo ese día.
Ayer, la alcaldesa de la capital, Patricia Hernández, defendió la toma de decisiones de ese fin de semana, tanto la de suspender el sábado por la noche como la de reanudar el Carnaval el domingo por la mañana. “Nosotros suspendimos por viento el sábado por la noche y, en la mañana del domingo, aunque la alerta por viento seguía, para Santa Cruz la previsión era de menos de 20 kilómetros por hora, así que decidimos, a las siete de la mañana, reanudar el Carnaval”, afirmó.
Con respecto a la alerta por calima que también seguía activa el domingo, la alcaldesa señaló que “por la mañana la calima no era tan intensa como luego lo fue por la tarde, y, en ese momento, ya se habían declarado los incendios en el Norte. Entonces, todos los técnicos coincidieron en que suspender, con miles de personas en la calle, era más peligroso que mantener el Carnaval de Día”. “Además -continuó- no existen protocolos de actuación ante episodios de calima como el que sufrimos, es por eso que ya hemos solicitado al Gobierno de Canarias que elabore esos protocolos para que las administraciones tengamos bases sobre las que actuar en estos casos”.
La regidora municipal aseguró que, a pesar de las alertas y de las comunicaciones mantenidas con el Gobierno de Canarias y el Cabildo, ninguna de las dos administraciones se dirigió al Ayuntamiento de forma oficial para que suspendiera el Carnaval de Día.
Hernández se mostró contundente a la hora de defender la seguridad durante dicho acto, así como la solidaridad de Santa Cruz con el norte de Tenerife. “Enviamos personal y material a estos municipios. Se activó a gente que estaba de descanso en sus casas y que, por lo tanto, su colaboración no ponía en riesgo la seguridad de la fiesta en la capital, donde en la jornada diurna trabajaron 85 agentes y 95 durante el baile nocturno, además de 22 voluntarios de Protección Civil y Cruz Roja. A esto se unió un retén de los bomberos en el parque de Santa Cruz”, explicó.
Para la alcaldesa, que compareció arropada por todo su equipo de Gobierno, señaló que “aunque había alerta por calima, no se esperaba que fuera tan intensa como después fue. Aún así, nosotros monitorizamos toda la celebración minuto a minuto y prestamos especial atención a las afecciones respiratorias. Solo cinco personas fueron atendidas por este motivo en el Hospital del Carnaval”.
Ante la pregunta de si volvería a repetir la toma de decisiones si el próximo fin de semana se dieran las mismas condiciones, la regidora respondió que “con las mismas circunstancias actuaríamos de la misma forma porque creemos que se ha hecho lo correcto”. Insistió en que tomar la decisión de suspender el sábado por la noche fue “muy difícil”, aunque “sabíamos que era lo que había que hacer”.
En cuanto a las críticas realizadas en redes por algunos responsables “o irresponsables públicos”, como los definió Hernández, se mostró especialmente dura con el expresidente del Cabildo, Carlos Alonso, quien primero acusó de insolidaridad a Santa Cruz por no suspender y enviar efectivos a los municipios del Norte y luego, cuando se hizo, de dejar desprotegido el Carnaval. “Unas manifestaciones que solo puedo calificar de oportunistas o rastreras”.
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