tribuna

Una llamada a la tranquilidad

Desde hace ya unos años nos sobresaltan de vez en cuando con brotes de problemas respiratorios producidos por vi-rus que amenazan con afectarnos a todos. ¿Ejemplos? En 1997, en Hong Kong, se produjo el primer caso de gripe aviar, por un virus de la gripe de la cepa H5N1 [virus de origen zoonótico que procedía de las aves], que causó un problema grave pulmonar a las personas que lo padecían. Y en 2007 apareció la gripe del cerdo con la cepa H1N1, que parece ser la heredera de la famosa gripe española de 1918, que resultó ser letal para una importante parte de la población afectada.

¿Qué son los coronavirus? Los coronavirus son una importante familia de virus distribuidos por el reino animal que, en ocasiones, pueden afectar a la especie humana y producir síntomas que van desde una gripe común hasta un Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS). Son virus ARN con una envoltura viral común, que proceden todos de distintos animales y que, tras mutaciones producidas en su genoma, se adaptan a vivir en la especie humana. Hasta ahora son siete las especies de coronavirus estudiadas que afectan a humanos, siendo las más conocidas: el SARS Co-V, que apareció en la provincia de Cantón en China en el año 2002; y el MERS-CoV, que produce el Síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio y que presentó el primer brote en Arabia Saudita en 2012.

El coronavirus Wuhan 2019-nCoV. A las especies ya citadas hay que sumar el recientemente aparecido en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei (China), denominado Wuhan 2019-nCoV y conocido como nuevo coronavirus 2019/2020, que produce la neumonía de Wuhan. En estos momentos se está produciendo un brote del coronavirus Wuhan que, según los expertos chinos, esperan que alcance el punto álgido en diez días, decreciendo a partir de ahí. En mi opinión, esto es una apreciación demasiado optimista, tras ver lo que está sucediendo. Los síntomas de la infección son similares a una gripe común que puede complicarse con una neumonía: fiebre, disnea, tos, dolor de garganta y una imagen radiológica de neumonía.

Los datos. Aún se sabe poco de este coronavirus, pero gracias a las infraestructuras científicas existentes, es la ocasión en que más rápidamente se ha avanzado. Así, se conoce ya el genoma completo del virus, que ha sido secuenciado por los laboratorios de investigación sanitaria existentes en China y puesta a disposición de la comunidad científica internacional, gracias a lo cual, hay ya técnicas diagnósticas especificas por RT-PCR que permiten diagnosticar o descartar los casos en estudio. Existen algunas dudas sobre su epidemiología y hasta el momento se desconoce la fuente exacta del virus y hay dudas sobre la forma de trasmisión y la gravedad de la infección.

Evolución, transmisión y letalidad. Los primeros 27 casos denunciados por las autoridades sanitarias de Wuhan, el 31 de diciembre de 2019, procedían de un mercado mayorista que vendía animales vivos, mariscos y pescado, no pudiendo identificar la fuente del brote, por lo que procedieron al cierre de la instalación el 1 de enero de 2020. A medida que avanzan los días y con la aparición de nuevos casos, se va sabiendo que la infección se puede adquirir también por el aire, a través de las pequeñas gotas de saliva que emitimos al hablar, toser o respirar [por tanto, puede pasar de persona a persona] y que el periodo de incubación va de 2 a 14 días. También se ha afirmado que el virus se puede trasmitir durante el periodo pre-patente (antes de que aparezcan los síntomas), hecho que complica aún más el control epidemiológico de la enfermedad. Por lo datos que se van obteniendo, este virus parece menos letal que los dos que le precedieron [SARS y MERS] y, por ahora, el Wuhan, está teniendo una letalidad del 3%, mientras que el SARS llegó a presentar una letalidad del 22% según la zona de la epidemia y el MERS llegó a presentar un 30% de letalidad.

Medidas. Canarias desde la Dirección General de Salud Pública, así como España desde el Ministerio de Sanidad y del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias han tomado ya las medidas pertinentes, emitiendo los procedimientos de actuación por si hubiera algún caso sospechoso proveniente de la zona del brote. Y prueba de ello es la rápida intervención realizada en La Gomera, localizando, aislando y sometiendo al protocolo de pruebas a varias personas que habían estado en contacto en Alemania con un paciente diagnosticado de coronavirus.

Tranquilidad. Todo ello me permite lanzar una llamada a la tranquilidad, pues en mi humilde opinión, es tremendamen-te difícil que en nuestro entorno se genere un problema sanitario grave. A pesar de la gravedad que supone la aparición de un nuevo patógeno para los humanos, del que aún no se conocen todos los datos necesarios para su control y tratamiento, es aconsejable relativizar las cifras para darnos cuenta del peligro real existente. Debemos tener en cuenta que los 2.700 casos y ochenta muertos iniciales del 27 de enero eran en una ciudad de once millones de habitantes y una zona de 46 millones de personas. Conviene recordar que en Canarias este año ya ha habido veinte fallecidos por la gripe común. Las autoridades chinas han puesto en cuarentena a 46 millones de habitantes, que es una población similar a la de toda España.

Reflexiones finales. Antes de terminar quisiera resaltar dos cosas. La primera es que en los últimos años estamos asistiendo a la aparición de diversas zoonosis por adaptación de patógenos de animales al ser humano. Baste recordar los recientes brotes de Zika, Ébola, o las neumonías producidas por los coronavirus que hemos mencionado anteriormente. La invasión por nuestra parte y de forma constante en el mundo animal o el traer a nuestras casas, incumpliendo la legislación vigente, animales exóticos como animales de compañía, está facilitando este hecho. Y la se-gunda, que la globalización contribuye de forma importante a la diseminación de estas y otras patologías existentes en el mundo, pues el trasporte aéreo y el comercio de mercancías permiten que en menos de 24 horas pueda darse la vuelta al mundo y transportar los patógenos de un lugar a otro. Todo ello, nos obliga a estar alerta y tomar las medidas pertinentes para evitar que la seguridad sanitaria de la que disfrutamos se deteriore por nuestras negligencias e irresponsabilidades.

*Excatedrático de Parasitología de la Universidad de La Laguna, exdirector del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias y presidente del Patronato de la Fundación Canaria para el Control de las Enfermedades Tropicales

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