diario del aislamiento

Día 46

El cáncer de piel metió un gol a Michael Robinson en los minutos de descuento, dejándolo sin prórroga -diferente e innovador, le llegó el día después del día después-. Cuando muere alguien que lleva años en tu contexto individual o colectivo (con quien has crecido) algo muere un poco con él -o ella-. Suena el teléfono. Cómo es posible que no den con una vacuna (o fármaco) que nos permita parar los pies a un virus que estamos conteniendo con agua y jabón -preguntas absurdas, o no tanto-. Me ha escrito el virus, otra vez -debo preocuparme, o no; o puede que sí-. Céntrate en las cifras de fallecidos o incidencias en las UCI, los datos de contagiados son ficticios -dice-. No tenéis ni idea del verdadero volumen de infectados, hazme caso -me escribe, con conocimiento de causa-. Opto por dejar sin responder sus dos últimos mensajes. Los test (masivos) son el dique que ha permitido contener al virus en los países lógicos. Nadie cuestiona un hecho tan contrastado -demostrable-. Un ministro español sí lo ha puesto en duda. Ha sido capaz de subestimar en público la incontestable relevancia (y eficacia) de los test masivos. Solo descartan la enfermedad en un momento determinado, ni siquiera aseguran la inmunidad -ha dicho José Luis Ábalos, con desdén-. Ministradas. Otra. Así nos ha ido -y nos va-. Huelo a Berlín. Los alemanes ven en Angela Merkel el anticuerpo contra el virus. Humanidad de hierro (así resumen su gestión). Genera confianza, empatía y complicidad -perfiles extraterrestres, líderes de países lógicos-. Vocablos o expresiones del castellano antiguo. Mansarda. Callejero. Bizarro. Salir juntos. Vagoroso. Abarrotado. Picaflor. Embarcar. Alcuza. Cocoon (la peli) dio nombre a un perfil de socialización. La libertad condicional nos tendrá socializando en espacios privados -cocooning- o paisajes abiertos (el olor que desprenden las multitudes tendrá que esperar). Salió la EPA -golpeó, habría que decir-. Un pacto de reconstrucción será insuficiente. España necesitará un plan de resurrección -qué decir de Canarias-. Cuatro fases. Entre 6 y 8 semanas. Han aprobado el plan de transición (o descompresión). Si lo hacemos bien tendremos verano. Sánchez no está en condiciones de abordar otra prórroga sin delegar su gestión en los presidentes autonómicos -coincido con José Antonio Zarzalejos-. Son las 19:00. Ventanas cada vez más vacías, ausencias multiplicadas. Aplausos mustios, decaídos. Hace días que el ritual acumula síntomas de agotamiento.

TE PUEDE INTERESAR