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El plan de desescalada canario: sobre la mesa por sus extraordinarios datos

El Ejecutivo central presentará hoy la estrategia de desconfinamiento para todo el territorio nacional, en la que se tomarán como ejemplo para su aplicación en los archipiélagos las cuatro fases de las Islas
Uno de los factores que el Ejecutivo considera es la facilidad del control de pasajeros en las Islas. Fran Pallero

El Consejo de Ministros se reunirá hoy para dar luz verde al plan de desescalada que se aplicará en todo el territorio nacional. Será “asimétrico” y atendiendo a las singularidades de algunas comunidades, como las islas. Así lo avanzó ayer el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, quien reconoció que a zonas como Canarias o Baleares “no les podemos aplicar una misma medida”, dado que poseen datos positivos muy diferenciados respecto a otros lugares de la geografía española, donde los hospitales aún se ven abrumados por el azote del coronavirus.¡

Nuestro archipiélago posee unas cifras que llaman al optimismo en lo referente al avance de la enfermedad, y Moncloa lo sabe. Por eso, tal y como anunció el presidente canario, Ángel Víctor Torres, la estrategia de desconfinamiento presentada por el Ejecutivo regional y adelantada DIARIO DE AVISOS servirá como ejemplo para, precisamente, su aplicación a las dos autonomías insulares.

Uno de los factores que el Gobierno central tiene en consideración para dar un trato diferenciado a los archipiélagos es la movilidad. En una plataforma continental como la Península, puede que algunas personas que residan en zonas donde las medidas de contención del virus estén más relajadas, tengan la tentación de desplazarse a otras en las que hay mayor tasa de contagios por distintos motivos, echando por tierra la labor realizada durante este tiempo. Sin embargo, en las Islas el control de pasajeros es más sencillo.

Ese sería uno de los factores clave tomados en cuenta por el gabinete que asesora a Madrid en la guerra contra la Covid-19. Canarias es diferente, y tiene, además, un plan de desescalada diseñado por expertos científicos; los pertenecientes al Comité de Gestión de la Emergencia Sanitaria del coronavirus, en el que están representadas las dos universidades públicas de Canarias. Recordemos que consta de cuatro fases, a razón de una por semana, pero adaptable a cómo evolucione la famosa curva epidemiológica. Si los contagios suben, la respuesta es clara: o se regresa a la etapa anterior, o no se continúa avanzando hasta volver a regularizarla.

Según se desprende del documento elaborado por la Comunidad Autónoma, en la primera semana de mayo -mes para el que fue redactado- pequeños comercios y peluquerías podrán abrir sus puertas, limitando el aforo habitual. Los siguientes siete días sería el turno de los primeros establecimientos turísticos, los centros comerciales (para compras concretas) y los gimnasios. De cara a la segunda quincena del mes, se podría comenzar a reconocer una de las imágenes más características de las Islas: gente en la playa, del mismo modo que se permitiría la apertura de restaurantes, de nuevo, con menos público del acostumbrado. Y finalmente, en la cuarta fase, se contempla un tráfico regular de vuelos interinsulares.

RECUPERACIÓN

Pero si hay algo que preocupa a Europa sobre el escenario post-confinamiento es qué va a ser de la economía, y del turismo, que representa una quinta parte de su Producto Interior Bruto, aparte de generar empleo para el 12% de la población activa del club comunitario. Es por ello que la Comisión Europea, por mandato expreso del Consejo -que adoptó el acuerdo la semana pasada- está elaborando un plan de reconstrucción con cargo al presupuesto plurianual, y sobre el que aún hay una duda acuciante: ¿préstamos o subvenciones?

Y en el marco de esa atención concreta que se le está dando a la actividad turística y sus problemáticas, los ministros de Turismo de la UE se reunieron ayer por videconferencia para abordar algunas de las posibles soluciones. En dicho encuentro, consideraron importante aportar liquidez a las compañías aéreas, previniendo su quiebra, al igual que dotar de fondos a los países más afectados para financiar los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que han tenido que aplicarse con motivo de la crisis sanitaria.

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