tribuna

Lo normal y la norma

Existe un contenido subliminal en todo mensaje político. No siempre pasa desapercibido a los receptores; hay algunos que se quedan con la mosca detrás de la oreja y se preguntan por qué se aplican unos términos y no otros para justificar el empleo de fórmulas que se repiten insistentemente. Por ejemplo, eso de la nueva normalidad me resulta bastante sospechoso, y parece tener un alcance más amplio del que se encierra en una frase inocente. El País, que algunas veces se muestra discreto, habla de normalidad en sus titulares, pero recoge en el desarrollo de la noticia lo de la transición hacia la nueva normalidad. Debe ser que conoce perfectamente lo que significa adjetivar a las cosas comunes. O bien se intenta dotarlas de un énfasis innecesario o se desvirtúa su contenido para que signifiquen algo distinto de lo que realmente son. Ocurre igual con la palabra democracia, que parece que todo el mundo sabe lo que quiere decir, y sin embargo se la apostilla con otros vocablos para que termine siendo la definición de algo muy diferente. Como ejemplo pongo a la democracia real, que es el desiderátum de la antigua URSS, o la democracia orgánica, que imperaba en la dictadura del general Franco. ¿Ven como los adjetivos cambian el sentido de las cosas?

¿Qué implica que una normalidad sea nueva? Yo creo que, en algún sentido, dejará de ser normal stricto sensu, si precisa que se la apostille de esa manera. ¿En qué consistirá lo nuevo que lo diferencie de lo que estaba en vigor hasta el momento? Porque lo normal es lo que se ajusta a la norma y a la regla, ¿qué normas y qué reglas son las que habrá que cambiar para que se las considere nuevas. La excepcionalidad lleva implícita una temporalidad, un plazo y un vencimiento de su vigor, nunca puede ser la puerta por donde se cuele la implantación de lo nuevo.

Lo nuevo, que viene para quedarse, jamás podrá ser objeto de una coyuntura más o menos urgente y duradera. Convertirlo en la adecuación a una nueva norma obliga a cambiar ésta por los procedimientos que ella misma establece para su modificación. ¿Qué significa este anuncio de que lo normal va a ser nuevo? Quizá estemos cayendo en ese deseo que hoy se manifiesta en algunas opiniones sobre las reacciones que las catástrofes van a tener sobre los comportamientos sociales. Muchas voces se alzan diciendo que vamos a ser distintos y mejores. Esto significa que nos deberemos a aprestar a alterar el marco en el que esas mejorías se articulen de manera precisa. Sin embargo, los más sensatos, con el manual de la historia en la mano, aseguran que esto nunca ha ocurrido así.

Vuelvo a lo subliminal. Quizá sea un poco suspicaz al interpretar la terminología que se usa, sobre todo cuando esta no aparece de manera accidental, sino que se repite insistente y machaconamente. ¿Qué se quiere decir con que la normalidad será nueva? Que me perdone Dios, pero creo que esa intención poco tiene que ver con preservar a nuestra salud.

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