en el camino de la historia

Juan Ramón Padrón Pérez, médico herreño

Por Juan Jesús Ayala

Se nos fue Juan Ramón, medico herreño que puso todo su empeño y buen hacer de profesional al servicio de su isla ; se afanó en estudiar medicina y anduvo por las facultades de Cádiz y de Madrid hasta que una vez concluido sus estudios y especialidad en la prestigiosa Fundación del doctor Carlos Jiménez Díaz regresó a la isla, porque lo tenia claro: quería ejercer la medicina única y exclusivamente en El Hierro.Y asi fue durante mas de 50 años. Tuvo el cargo de director del hospital cuando aun estaba en ciernes y se preocupó de ordenarlo y relanzarlo para se convirtiera en una instalación sanitaria que pudiera solucionar los problemas que se presentaran, no solo médicos sino quirúrgicos. Destacó no solo por sus sobresalientes dotes de profesional sino por ser una buena persona que motivó se le reconociera con cariño al suplir las carencias de muchos pacientes que supo llenar con su prestigio y sin cobrarles un solo duro. Recorrió los caminos de la isla muchas veces bajando hacia el Golfo por el risco de Tibataje y otras recorriendo senderos polvorientos con aquel primer coche que tuvo, un rudimentario jeep, capaz de transitar por las carreteras unas veces llanas y otras con curvas y hoyos, pero siempre llevando a sus enfermos el bagaje científico de servidor ejemplar de la medicina.
No solo sobresalió por su labor de medico, que simultaneo, con sus cargo de alcalde de Valverde en las primeras elecciones democráticas, sino por su labor intelectual. Era una gozada dejarlo hablar porque su conversación nos situaba en diferentes capítulos desde las Bajadas de los Reyes hasta los acontecimientos políticos que se desarrollaron en la historia de la isla que remarcaba con una oratoria acompañada de voz profunda y pausada que siempre que disertaba en publico lo hacia sin papeles, y con unos argumentos que nos embelezaba, sobre todo, porque nos señalaba caminos que permanecían ocultos para la mayoría, al menos para mi.
Recuerdo los encuentros que tuvimos en los veranos en su casa del Tamaduste y últimamente en la presentación del póstumo libro de nuestro común amigo Carlos Quintero.Su afabilidad era ilimitada, como insaciable su curiosidad hasta relatarnos anécdotas de su labor docente impartiendo clases de química y ciencias naturales en la Academia de doña Inocencia . Academia de la que más tarde fue director. En realidad Juan Ramón, fue un todo terreno que recorría con una entrega y calidad exquisita
Cuando comenzada mi carrera de Medicina el la había terminado y regresó a la isla con toda la ilusión del mundo, y fue como un referente que pretendíamos imitar; no dejó de pensar en la isla, en sus deficiencias y su empeño por solucionarlas con su sabiduría de médico y de persona ilustrada capaz de sacudir el polvo a muchas historias de El Hierro, de innumerables encuentros de gente que permanecía en el olvido y que rescató en relatos inolvidables , como sus escritos diáfanos y contundentes.
Juan Ramón se nos fue y la pena que tengo es que no pude ir a nuestra isla al menos para decirle un adiós, para decirle que no se fuera que aunque la vida le hubiese hecho un quiebro aun nos quedaban conversaciones pendientes con su palabra atinada y sabia. .Espero que, a pesar de todo, el viento de los recuerdos, la ausencia de viejas vivencias se recompongan en el reducto de la memoria y sigamos manteniendo en nuestras soledades una comunicación sincera y reconfortante, como siempre hemos tenido. Hasta luego, entonces, Juan Ramón, buen amigo, buena persona y mejor medico herreño.

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