diario del aislamiento

Día 98

Quico duerme. Se le da bien, nunca ejerce (ladra) antes del mediodía. Bajo a local -a saco, lo merece-. Un consejero del Gobierno (canario) ha dicho que la obra del hotel de La Tejita huele mal -pues que actúe en consecuencia, o coherencia-. Escuché a Valbuena (consejero) diciendo que los responsables de Costas no le cogen el teléfono -tampoco lo reciben-. El desplante tendría algo de sentido si la Demarcación dependiera del Gobierno de Sri Lanka o Perú, pero Costas forma parte de la Administración -periférica- del Gobierno de España (esa hipotética insumisión no se sostiene; si así fuera, o fuese, tocaría la destitución fulminante de sus responsables; por falta de respeto institucional). Oler huele a que ganan tiempo perdiéndolo (el truco más antiguo del mundo). Lleno los libros de anotaciones y/o subrayados, pero me cuesta recordar dónde leí qué cosa -cuando vienen al caso-. Me viene a la cabeza algo de Félix de Azúa, Autobiografía sin vida. Quizá Rembrandt amaba a su mujer, pero tanto la retrató que dejó de ser una mujer para convertirse en un rembrandt -escribió Azúa-. Hay un alcalde al que está pasándole algo parecido, se retrata tantísimo (posado) que está convirtiéndose en una simple fotografía -o caricatura-. Café; cargadito, gracias. Una residencia de ancianos (en Valencia) le ha echado imaginación -el arco de los abrazos-, así los internos pueden sentirse achuchados -aunque sea con un plástico separador-. Respiradores. Arcos abrazadores. Herramientas necesarias para no bajar los brazos y aislar la tristeza que la soledad expande. Subo a nacional. Continúa la bronca, en Madrid. Cuando alguien salta al césped (en el fútbol) las cámaras hacen tiempo con imágenes alternativas -podrían hacer lo mismo en el Congreso, enfocar para otro lado cada vez que los parlamentarios lanzan los insultos que se traen escritos de casa-. La ministra de Trabajo ha rechazado la propuesta para prorrogar los ERTE (negocian, pinta mal). Retornos. Me preguntan por qué no estoy en Twitter o Facebook. Observo pero no son mi negociado, respondo. Fue en Ajuria Enea (en el transcurso de una conversación con el lendakari, junto a Paulino Rivero) cuando escuché a Urkullu utilizar lo del negociado -me gustó, lo utilizo bastante-. Muchos conocen a Rivero, pero solo unos pocos conocemos (de verdad) a Paulino -trabajé con él, presumo de ser su amigo; un buen tipo, un grandísimo desconocido-. Penúltimo día de este diario del aislamiento. Termino cambiándole el título a una película que no he visto -ni veré-. El penúltimo tren a Katanga (un colega me propuso que aludiera a esa peli, y yo me dejo).

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