la casa blanca

Los hospitales enfrentan “una explosión de Covid” en EE.UU.

Aumentan los casos, las facturas y el precio de los fármacos en medio de la crisis
Personal UCI. | EUROPA PRESS

Los nuevos casos de Covid-19 en Estados Unidos se están multiplicando de forma alarmante, superando los 50 mil pacientes confirmados cada día. La pandemia en el país norteamericano ya se ha cobrado más de 131.000 muertos y ha enfermado a casi 3 millones de personas y continúa desatada, creando caos en los hospitales de los estados más afectados: Texas, California, Florida y Arizona.

Los hospitales de Houston, transformados en parte en unidades especializadas en coronavirus, esperan estar a máxima capacidad en los próximos días, una situación que se repite en otros centros médicos de la nación. Una veintena de estados está viendo un aumento en las hospitalizaciones diarias, según el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.

La tendencia es preocupante ya que un fuerte aumento en los pacientes puede colapsar nuevamente los hospitales, lo que hace que los recursos críticos, incluidos el personal, las camas y los respiradores sean escasos.

Algunos hospitales ya se han visto obligados a trasladar a pacientes a otros lugares. En Texas se imponen las listas de espera para las camas en la UCI, mientras que otros han tenido que decidir qué pacientes admitir, incapaces de tratar a todos aquellos que buscan ayuda y eligiendo atender a pacientes jóvenes y con mayores posibilidades de recuperación.

Las crecientes infecciones se producen semanas después de que muchos estados comenzaran a reabrir sus economías, tras los cierres destinados a frenar la propagación del coronavirus.
El curso de la pandemia parece haber dado un nuevo giro, cebándose ahora en los jóvenes que están dando positivo por el virus en las últimas semanas en mayor número que en los primeros días del brote.

El miedo causa miles de muertes

Decenas de miles de personas murieron en EE.UU. durante los primeros meses de la pandemia a los que hay que sumar también una cifra menos conocida: los miles de muertos por causas relacionadas. Un análisis de datos federales sugiere que en cinco estados afectados y en la ciudad de Nueva York hubo 8.300 muertes más por problemas cardíacos de lo que hubiera sido típico en marzo, abril y mayo, un aumento de aproximadamente el 27 por ciento sobre los promedios históricos.

Ese aumento contribuyó a que Illinois, Massachusetts, Michigan, Nueva Jersey y el estado de Nueva York tuvieran un total combinado de 75.000 muertes en exceso durante ese período, es decir, 17.000 más que el número oficialmente atribuido a la Covid-19, muchos pacientes con afecciones graves murieron como resultado de retrasar o no buscar atención médica a medida que el brote progresaba e inundaba algunos hospitales, por el miedo a las deportaciones en el caso de los inmigrantes indocumentados y por el temor a las facturas médicas.

Facturas millonarias

Michael Flor, se hizo viral no por ser paciente con Covid-19 hospitalizado por 62 días, sino por haber recibido una factura por 1.122.501,04 dólares. La administración Trump dedicó fondos para el pago de cuentas médicas, por lo que posiblemente Flor no termine pagando la cantidad total, sin embargo, pese a la partida destinada a sufragar gastos de la pandemia, el sistema no se está aplicando a la perfección, por lo que un código de facturación incorrecto o por no caer bajo el paraguas de la normativa, los pacientes que buscan ayuda médica para el coronavirus todavía enfrentan grandes facturas. Así por ejemplo, una radiografía del tórax puede costar 1.528,43 dólares en Nueva Jersey; en Milwaukee, 30 minutos en diagnósticos de emergencia en una tienda de campaña cuesta 1.186 dólares, y tres noches de hospitalización en Nueva York, 52.915 dólares, deudas que reflejan un sistema sanitario que solo está al alcance de los ricos, y que la posibilidad de parar la pandemia en Estados Unidos a estas alturas es casi inexistente, aunque Trump haya comprado prácticamente todas las existencias a nivel mundial del fármaco remdesivir (con un costo de 3.120 dólares por paciente), si el país no se toma en serio las medidas de distanciamiento social y empiezan a utilizar de forma obligatoria las mascarillas.

La gestión de trump de la pandemia

Estados Unidos, líder mundial en infecciones y muertes por Covid-19, se enfrenta a un resurgimiento descontrolado del virus que está batiendo récords de nuevas infecciones cada día.

Texas, Florida y Arizona, los estados dirigidos por los republicanos que abrazaron de manera más agresiva las impacientes demandas de Trump de reactivar la economía, se dirigen a lo que los expertos sanitarios denominan “niveles apocalípticos”. Ante el temor, las autoridades están imponiendo mandatos de usar mascarillas que Trump no respaldará y están desacelerando o revirtiendo los planes de apertura económica a medida que las predicciones se hacen realidad. Incluso el vicepresidente Mike Pence, que rara vez hace una pausa en halagos al presidente está empezando a reaccionar, abandonando sus afirmaciones engañosas de que Estados Unidos ha “ralentizado la propagación” y promete aplanar la curva”. Las advertencias de los expertos médicos de que las reuniones de este fin de semana en el que Estados Unidos celebra su Independencia (4 de julio) podrían producir infecciones aún más desastrosas y que este no es el momento para la celebración nacional, no impidieron que Trump llevara a cabo mítines de campaña y actos institucionales como si tal cosa.

ignorando las señales

Ajeno a todo lo que está pasando, al menos de dientes para fuera, Trump ignora las muertes de sus ciudadanos, y se enfoca en promocionar lo que a primera vista parece una buena noticia: que la tasa de desempleo bajó al 11.1% en junio, sin embargo, los bares, restaurantes y tiendas se están cerrando nuevamente en todo el país, incluso en California, que se enfrenta a un desastre prolongado, de una manera que podría aumentar nuevamente la pérdida de empleos y sofocar el rebote que Trump está dispuesto a inflar más allá de cualquier conexión con la realidad para impulsar sus esperanzas de reelección.

“La crisis se está manejando. Algunas áreas que se vieron muy afectadas ahora lo están haciendo muy bien. Algunas lo estaban haciendo muy bien antes, y pensamos que podría haberse ido y estamos apagando los incendios”, dijo Trump con con su habitual elocuencia y don de palabra. Mientras , Anthony Fauci, el mayor experto en enfermedades infecciosas de EE.UU., ahora relegado de su misión informativa en la Casa Blanca, advierte con alarma de que el virus está resurgiendo.
No hay más ciego que el que no quiere ver.

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