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Gustavo y el rey de Marruecos

Nadie sabe cómo, yo creo que ni él mismo, Gustavo Armas, a quien entrevisté anteayer en este periódico, consiguió que el rey de Marruecos, Mohamed VI, recibiera hace años a representantes de este periódico y de Canarias 7. Estuvieron cinco días en Rabat, esperando, el propio Gustavo, Juan Francisco García y Elías Bacallado, que eran directivos de los dos diarios, más un fotógrafo de Canarias 7 y creo que el cónsul de Marruecos en las Islas. Ya saben que los árabes hacen esperar a la gente, sobre todo a los cristianos. Se trataba de presentar al monarca un convenio para promocionar su país en las Islas, aunque el encuentro tenía connotaciones políticas que ni ellos mismos sabían, pero las autoridades marroquíes sí. El primer asunto surrealista fue que Gustavo le entregó al rey una cajita con las siete medallas que este periódico editó de las vírgenes patronas de cada isla. ¡A un musulmán! Mohamed las recogió educadamente y se las pasó a un edecán. El segundo fue que, enterado el monarca alauita de que Elías Bacallado era fumador de puros, se lo llevó a su cava privada y tras unos minutos apareció Elías en la reunión fumándose un enorme Montecristo, edición especial. El tercer hecho surrealista fue que, una vez acordada la colaboración, quien tenía que firmarla fue arrestado por contrabando en la frontera con Ceuta, o con Melilla, y el convenio no se firmó jamás, con lo que todo quedó en una visita turística. Todo esto me lo contó Gustavo, tronchado de risa, en Los Limoneros el otro día, pero no entró su relato en la entrevista, por lo que lo traslado aquí ahora. Ya saben que Gustavo fue uno de los mejores reporteros gráficos que han ejercido en la prensa de Canarias y desde hace un tiempo se metió a político. Debería escribir un libro con sus memorias. Y yo otro.

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