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Escrivá se rinde ante la evidencia de los 1.000 inmigrantes en 48 horas

El ministro de Migraciones, José Luis Escrivá, se muestra impactado al ser testigo en directo de la masiva llegada de cayucos y pateras a las Islas. “Aquí uno se da cuenta de la realidad”, afirma, y admite que es urgente “una respuesta integral del Estado” y “en 72 horas”
Escrivá se rinde ante la evidencia de los 1.000 inmigrantes en 48 horas. DA
Escrivá se rinde ante la evidencia de los 1.000 inmigrantes en 48 horas. DA
Escrivá se rinde ante la evidencia de los 1.000 inmigrantes en 48 horas. DA

T.F. / Agencias 

El ministro de Migraciones del Gobierno de España, José Luis Escrivá, se topó ayer de bruces con la realidad de una catástrofe humanitaria durante su visita a la primera línea del frente donde las autoridades regionales e isleñas, pese a que solo son de su competencia los menores de edad no acompañados, se afanan en dar una atención digna a los seres humanos que huyen de la guerra y la miseria que abunda en sus países de origen.

“Aquí uno se da cuenta de la realidad”, reconoció el mismo ministro que protagonizó hace algo más de un mes un sonoro plantón a los mandatarios canarios al suspender, por tercera vez consecutiva, su visita a las Islas. Cuando intentó sacudirse entonces de una polémica en la que no le tembló el pulso al presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, a la hora de criticar públicamente el desaire de Escrivá, arguyó que quería desplazarse con tiempo para conocer la realidad, no para hacerse una foto. Como bien explicita José María Rodríguez en su crónica presencial para Efe, ni se imaginaba lo que le esperaba el día que pisase el puerto de Arguineguín.

Lo cierto es que ya le gustaría a las autoridades canarias seguir como estábamos a primeros del mes pasado, a pesar de que entonces ya estaban desbordados los servicios de emergencias que auxilian, cuidan y albergan lo más dignamente que se puede a estas personas.

Mientras Escrivá seguía errado en su limbo, la coincidencia con la temporada de calmas provocó que la llamada ruta canaria de las pateras confirmase, como ha denunciado reiteradamente este periódico, que no solo se ha reactivado, sino que se dan las condiciones para que se repita la mayor hecatombe humanitaria vivida en Canarias este siglo, como fue la crisis de los cayucos (2006-2008).

No son opiniones, sino hechos. Solo durante el pasado mes de septiembre, ese en el que Escrivá no encontró hueco en su agenda para cumplir con sus responsabilidades respecto a Canarias, la llegada de pateras se multiplicó de tal manera que fueron un total de 2.148 los inmigrantes que se jugaron la vida para adentrarse en alta mar en barquillas de madera y lograron pisar tierra en el Archipiélago. Para ponerse en situación, la cifra es superior al total anual registrado desde 2008 en las Islas.

Como a la diosa Fortuna se le antojó darle una lección a Escrivá, en las 48 horas que lleva en Canarias ha quedado claro que los datos de septiembre, a pesar de su relevancia, serán superados en el mes en curso, dado que en esos dos días suman ya, aproximadamente, unos mil los llegados en pateras y cayucos a las Islas en, aproximadamente, unas 40 embarcaciones, que, por sus propios medios o siendo rescatados, acabaron en Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote.

Todo apunta a que Escrivá, como San Pablo, vio la luz tras caer de su caballo camino de Damasco, de tal modo que hizo especial hincapié en que el Gobierno de España tiene que dar una respuesta “equivalente a la que se dio en el pasado” y abordar el asunto en toda su problemática e integración.

El ministro se mostró así “impresionado” por su recorrido por el Muelle de Arguineguín, entendiendo al fin que no se dan las condiciones adecuadas para que los profesionales sanitarios y humanitarios lleven a cabo la labor que allí tienen que realizar de afiliación, triada y primera atención a los migrantes. “He sacado una impresión desde el punto de vista humanitario del fenómeno que tenemos que abordar de mucha tristeza. Es muy duro cómo llegan los migrantes. Los hemos visto llegar en un barco de Salvamento Marítimo muy desubicados, desamparados y teniendo que pasar por esos triajes… Ayer (en Tenerife) en mis conversaciones con ellos [el pasado jueves para el lector] te das cuenta de lo difícil que es para ellos esta situación y la experiencia vital tan dura que significa cruzar en patera y llegar aquí sin saber cuál será su futuro”, aseveró.

Al respecto, Escrivá apuntó que trasladará al resto del Gobierno de España lo que ha visto y seguirán trabajando para mejorar la coordinación entre los distintos ministerios con competencias en el fenómeno migratorio y en la atención de estas personas, recopiló Europa Press.

“Tenemos que buscar una solución a cómo se está recepcionando a migrantes que están llegando -continuó- e irnos a estándares similares a las que hay, por ejemplo, en la isla de Tenerife. Tenemos que buscar que las capacidades en estas primeras 72 horas sean equivalentes a las que tenemos en otras islas”, obviando que la situación que ahora se da en Arguineguín tiene visos de repetirse en otras Islas si se mantiene el ritmo.

Respeto a la llegada de pateras, insistir que, solo ayer, llegaron más de 700 inmigrantes a Canarias a bordo de 22 pateras, una cifra sin precedentes para un solo día desde la crisis de los cayucos de 2006, según datos recopilados en el Cecoes 1-1-2 del Gobierno de Canarias. Desde la medianoche hasta el cierre de esta edición, a Tenerife habían llegado unas 423 personas en cuatro cayucos; a Gran Canaria, 199 personas en 12 pateras; a Lanzarote, al menos 73 en cinco pateras. y a Fuerteventura, al menos seis en una patera. La cifra no es definitiva, ya que es imposible concretar el número, dado que cuatro de las cinco pateras de Lanzarote y la única de Fuerteventura han alcanzado la costa por sus propios medios y sus ocupantes se han dispersado. La cifra de llegadas en un solo día de ayer equivale, por ejemplo, al 25% del año completo de 2019, con la ruta canaria ya en reactivación (2.698 inmigrantes), o al balance completo de ejercicios como 2015 o 2016 (875 y 672 personas, respectivamente), recuerda Efe.

Si se suman los datos de las 24 horas anteriores, cuando se contabilizaron otras 14 barquillas (no se incluyen en las cifras del pasado jueves los dos cayucos que acabaron en Los Cristianos, que corresponden a las de ayer, por arribar tras la medianoche), los inmigrantes que pisaron tierra canaria tras jugarse así la vida suman, aproximadamente, mil personas.

“No podemos dejar que conviertan las Islas en una cárcel”

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, reiteró ayer, en declaraciones a DIARIO DE AVISOS, la necesidad de que “se agilice el traslado de los migrantes al continente europeo, porque Canarias no debe convertirse en una cárcel para las personas que alcanzan sus costas en cayucos o pateras”.

Para Morales, es urgente habilitar “espacios de atención inmediata adecuados y centros de acogidas dignos, así como la cesión de espacios del Ministerio de Defensa, además de llevar a cabo políticas diplomáticas en los países de origen y, claro está, derivaciones para no convertirnos en una isla cárcel para ellos”.

No obstante, el presidente del Cabildo recalcó que la solución real no es trasladarles de manera provisional a diferentes instalaciones de las Islas, sino facilitar que puedan salir de Canarias a Península y Europa. Morales reconoció a este periódico su esperanza tras comprobar en persona que el ministro de Migraciones, José Luis Escrivá, quedó asombrado en Arguineguín de la magnitud de esta catástrofe, y que sus palabras de una respuesta integral del Estado tengan efecto en el Consejo de Ministros.

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