El 14 de Noviembre de 2020 un espectacular deslizamiento de piedras bloqueó la pista entre Valle Gran Rey y el barranco de Argaga, en el municipio de Vallehermoso, apenas a 200 metros del puerto de Vueltas.
Dos meses después, los residentes en el barranco de Argaga, se mantienen aislados y denuncian que las autoridades no han hecho nada por solucionar la situación, tal y como prometieron días atrás del derrumbe que dio la vuelta al mundo por su espectacularidad, sin que afortunadamente hubiera víctimas, cuando cinco coches estaban estacionados justo al lado de donde quedó sepultada la pequeña carretera.
Al día de hoy, alrededor de 30 personas están viviendo en esta área. 20 de ellas son residentes y trabajan en la pensión Finca Argayall. Otras 10 viven en fincas particulares en el barranco de Argaga. Después de más de seis semanas aún siguen aislados y sin acceso por tierra. Toda la comida y utensilios básicos para el día a día tienen que ser transportados por mar en pequeños botes, con el peligro que eso acarrea al no existir embarcadero y tener que sortear, ahora, el oleaje del invierno.
“De esas personas diez tienen más de 60 años y cuando tienen que salir al médico lo hacen corriendo los riesgos que esto implica”, comenta Suzanne Greuner-Yona, responsable de Finca Argayall, que se mantiene cerrado después de cancelar todas las reservas tras el espectacular derrumbe que dio la vuelta al mundo en los medios informativos y redes sociales.
“Hasta ahora las condiciones han sido llevaderas, pero una playa de rocas con grandes olas y tormentas de invierno son un riesgo para la vida de las personas”, comenta Suzanne, quien recuerda que “las autoridades prometieron soluciones oportunas, como un muelle u otra opción, pero hasta el momento no tenemos ni noticias ni ayudas de las autoridades”. Ni siquiera se han sacado aún los coches que estaban en la zona aquel 14 de noviembre.
No obstante, Suzanne insistió que en “seguiremos denunciando esta situación para que las autoridades traten de aligerar todas las iniciativas necesarias para la búsqueda de una solución urgente”.
El alcalde de Vallehermoso, Emiliano Coello, anunció en este periódico, días Después del derrumbe, que la solución pasaba por construir un embarcadero, “fácilmente desmontable” como exige Costas, mientras que Casimiro Curbelo, presidente del Cabildo, habló incluso de hacer un túnel en el lugar de la pista sepultado por las rocas hace casi dos meses.