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“Por favor, queremos viajar”: la protesta de los migrantes internados en Las Raíces

Denuncian las malas condiciones en las que viven

Unas 350 personas, entre migrantes y residentes locales convocados por plataformas de apoyo, se han concentrado este sábado ante el campamento para migrantes de Las Raíces para protestar por las condiciones de vida en esta instalación ubicada en el municipio de La Laguna y para demandar el libre tránsito de personas.

Los participantes han denunciado la intención del Gobierno de España de “convertir al Archipiélago en un tapón migratorio a todas luces ilegal e inhumano” y han rechazado “este racismo institucional y violación de Derechos Humanos en Canarias”.

El campamento de Las Raíces alberga a entre unos 600 migrantes, aunque su capacidad es de hasta 2.400, y alrededor de medio centenar lo han abandonado desde el lunes para acampar en el exterior como protesta por las malas condiciones, por el frío, escasez de comida y falta de atención sanitaria.

La instalación fue levantada por el Gobierno de España en un antiguo acuartelamiento militar para albergar a migrantes llegados a las islas que inicialmente habían sido alojados en establecimientos hoteleros y otros recursos.

Está en funcionamiento desde primeros de febrero y desde entonces se han sucedido las protestas por sus condiciones y algunos altercados.

Este sábado, varias decenas de residentes tinerfeños han acudido a la instalación convocados por la Asamblea de Apoyo a Personas Migrantes en Tenerife, y han llevado comida, mantas, ropa de abrigo y tiendas para los acampados.

Allí han participado junto a los migrantes en una acción de protesta en la que han hecho volar aviones de papel como símbolo del derecho a migrar, una concentración sin incidencias vigilada únicamente por dos agentes de la Policía Local de La Laguna.

Varios de los participantes en la protesta han leído en español, inglés, árabe, francés y wolof un manifiesto de la Asamblea de Apoyo a Personas Migrantes en Tenerife.

En el manifiesto se denuncia la intención del Gobierno de España de “convertir al Archipiélago en un tapón migratorio a todas luces ilegal e inhumano” y se rechaza “este racismo institucional y violación de Derechos Humanos en Canarias” y se muestra el apoyo a los acampados en el exterior del campamento.

Denuncian que al llegar a España, lejos de ser acogidos humanitariamente, son “deshumanizados por las instituciones”, que los mantienen “en jaulas sin salida”, hacinados en “condiciones lamentables que no cumplen los requisitos sanitarios mínimos para garantizar la salud y dignidad”.

Los manifestantes consideran ilegal que se impida a los migrantes continuar su viaje y mantenerlos retenidos sin salud, higiene, información, asesoramiento ni traducción y afirman que se les obliga a firmar papeles cuyo contenido no entienden y a algunos se les ha “sustraído” la documentación.

En el centro, según denuncian, hay cincuenta menores de edad tratados como adultos.

El trato “racista y abusivo” por la Policía es otra de sus denuncias, así como que se les impida coger aviones pese a contar con la documentación y los billetes comprados o la falta de asesoramiento para solicitar asilo.

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