Desde que el pasado 5 de febrero se abrieron las puertas del Centro de Atención Temporal a Extranjeros (CATE) en Las Raíces (La Laguna) han tenido lugar hasta cinco reyertas de tal violencia que motivaron al menos el arresto de alguno de los implicados, así como un número no determinado de heridos, sobre todo entre los migrantes, pero también entre el personal de seguridad del centro.
En cuanto a conatos de reyerta, son tan habituales que se ha perdido la cuenta, si bien hay constancia fehaciente de otras cinco, pero son más.
Lejos de ir a mejor, la trifulca del pasado sábado, con siete arrestos y unas imágenes que han corrido como la pólvora en las redes sociales, dan fe de un hecho incuestionable: la violencia se ha instalado en el CATE de Las Raíces. Entre las causas, otra evidencia: las pésimas condiciones de un viejo acuartelamiento mal acondicionado en uno de los lugares más inhóspitos de la geografía tinerfeña.
En cuanto a la relación de reyertas, tuvieron lugar el 9 de febrero (tres detenidos), el 14 del mismo mes (cinco arrestados), el 20 (un apresamiento que tuvo lugar al día siguiente), el 28 (cuatro detenidos más), y el referido del pasado sábado, 13 de marzo, con esos siete arrestos igualmente apuntados.
Sobre los conatos de reyerta, solo se sabe con certeza los acaecidos los días 17,25 y 27 del pasado febrero, y los que tuvieron lugar el 1 y 2 de este mes, si bien “se producen cada dos o tres días”, detallan desde el interior del propio CATE. Un dato inquietante: en la reyerta del 28 de febrero se enfrentaron unos 150 subsaharianos con unos 50 magrebíes.
Aunque han habido más, al día de hoy moran en Las Raíces poco más de 1.000 migrantes, un hacinamiento tal que desborda la seguridad contratada, si bien la Policía Nacional vela por el orden. Pero ya se han pedido a Madrid cascos y escudos para los radiopatrullas laguneras.
Solo a quien no quiera verlo se le escapa que hay un problema de seguridad que, ojo, en el CATE de Las Canteras no se repite.