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El robot submarino del Ángeles Alvariño, al límite de su capacidad operativa, parará durante dos meses

“Se nos están acabando los repuestos”, reconoce el jefe técnico del aparato, José Cubeiro, en declaraciones a los medios de comunicación
El buque oceanográfico 'Ángeles Alvariño'
El buque oceanográfico ‘Ángeles Alvariño’

Diario de Avisos / Agencias

La búsqueda de Anna y Tomás Gimeno se complica. El material de búsqueda del buque Ángeles Alvariño está al borde del colapso, concretamente, el robot de búsqueda Liropus. “Se nos están acabando los repuestos”, reconoce el jefe técnico del aparato, José Cubeiro, en declaraciones a los medios de comunicación.

Y esas piezas que se acaban pueden tardar dos o tres meses en llegar a España. El barco que encontró el pasado día 11 de junio el cuerpo de la pequeña Olivia Zimermann volvió a zarpar el pasado día 15 para terminar la búsqueda de Anna y Tomás. En sus dos semanas de búsqueda se topó con dos botellas de oxígeno del presunto asesino.

El barco cuenta con un sonar de largo recorrido y el citado robot Liropus, que permite buscar a grandes profundidades y fue crucial para hallar el cuerpo de la hija mayor de Tomás Gimeno y Beatriz Zimmerman. Pero esta tarea resulta cada vez más costosa para el dispositivo de búsqueda.

La zona de búsqueda está a gran profundidad y es un terreno complicado. El Ángeles Alvariño está sufriendo un gran desgaste. Por ejemplo, el pasado lunes tuvo que volver al Puerto de Santa Cruz por una nueva parada técnica y por las malas condiciones del litoral. Cubeiro reconoce que “el paso del tiempo” juega en su contra.

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