
Dos jóvenes pusieron en peligro su vida al tumbarse sobre una carretera, justo en una curva con poca visibilidad para los conductores, a la espera de que bajara un vehículo para levantarse in extremis y evitar ser atropellados, tal y como sucedió. Los vecinos de Residencial Anaga, en Santa Cruz, no daban crédito a lo que sucedía ante sus ojos y alguno de ellos decidió grabar la escena, que se hizo viral este miércoles.
La Policía Local de la capital tinerfeña movilizó agentes a la zona, aunque cuando llegaron no encontraron a estas dos personas. Los usuarios de las redes sociales, por su parte, criticaron esta última y peligrosa práctica, que parece ser un reto para ver ‘quién aguanta más‘ ante un peligro inminente.
El psicólogo tinerfeño Javier Elá explica a DIARIO DE AVISOS que “una de las características de los jóvenes es esa baja percepción del riesgo y esa conducta de ir en contra de la norma y la autoridad. Las redes sociales, al viralizar todo, hace que este tipo de comportamientos pasen de ser una práctica puntual de dos adolescentes inconscientes a un peligroso reto viral, tal y como pasaba con la ballena azul y otros similares“.
Para evitar que esta escena se convierta en un reto viral que ponga en peligro la seguridad de niños y jóvenes, Elá insiste en la importancia que tienen las familias y las escuelas a la hora de ayudar a gestionar este lado malo de internet y las nuevas tecnologías. “Los padres y madres deben crear vínculos de confianza con sus hijos e hijas para que se presten a contarles qué ven y qué cosas hacen en las redes sociales. Esa confianza debe ser bilateral: los progenitores también tienen que hablar de lo que les preocupa ver en la redes”.