tribuna

Respuestas comunitarias para una buena salud mental

Hace unos días, La Laguna acogió un acto muy especial, enmarcado en la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, donde pudimos ver el gran esfuerzo y el trabajo de la Federación Salud Mental de Canarias y sus entidades asociadas para dar respuesta a uno de los grandes retos que tenemos a estas alturas de siglo.

Los problemas vinculados con la salud mental son una de las grandes pandemias que vive nuestra sociedad y los ayuntamientos estamos en la primera línea de esta realidad. Por eso son tan importantes jornadas como las que vivimos el pasado 7 de octubre, que sirven para reflexionar y trabajar en las acciones de mejora y coordinación que son más que necesarias, donde las administraciones en su conjunto y las entidades sociales debemos ir de la mano.

La implicación de los servicios sociales y la colaboración con los colectivos son fundamentales para atender también sus diferentes necesidades y procurar la integración social de las personas que conviven con un problema de salud mental. En La Laguna, tenemos interiorizado la necesidad del trabajo directo y constante con las asociaciones, que son las que mejor conocen las complejas realidades de cada colectivo, para desarrollar políticas más efectivas y justas. Sabemos que la salud mental es un reto que está presente en los procesos sociales, en el urbanismo, en la movilidad, en la participación, en las escuelas o en el deporte.

Cuando se convive con un problema de salud mental la ciudadanía sabe que la puerta del ayuntamiento es la más cercana y accesible para la persona o sus familiares. Los ayuntamientos somos garantes muy destacados del bienestar en el sentido más amplio, entendido como salud en todos sus aspectos, y eso se plasma en apuestas que se están desarrollando, como ser un municipio saludable, mantener el reconocimiento como municipio amigable con la Infancia o convertirnos en un Municipio Amigable con las Personas Mayores. Es, en definitiva, un compromiso que integra todos los aspectos de la acción institucional.

La apuesta por atender las problemáticas psicosociales se plasma en hechos concretos. Desde el teléfono de atención psicológica que hemos activado como Ayuntamiento en 2020 y 2021, para responder a los efectos de la crisis sanitaria y económica sobre la salud mental, a acciones como los huertos terapéuticos, con un efecto indudable de mejora de la calidad de vida, o la atención a la realidad de la soledad no deseada, un claro factor de riesgo de procesos de deterioro en este ámbito. Incluso programas veteranos, como Mujeres a la playa, que facilita ocio saludable y compartido al aire libre a más de 1.100 mujeres mayores de 55 años, son algunos ejemplos de esta acción municipalista por la buena salud mental.

Una sociedad donde un tratamiento psicológico es un artículo de lujo, donde los ansiolíticos y las benzodiacepinas se han convertido en un tratamiento convencional y generalista, donde los espacios de interacción social son cada vez más complejos y mermados, donde la soledad crece y las redes sociales transmiten mensajes confusos a los más jóvenes, donde el consumo de sustancias se convierte en sinónimo de momentos de diversión… es una sociedad menos saludable, con menos bienestar, con mala salud mental.

Por el contrario, el camino correcto es el de lograr ciudades, barrios y pueblos donde se pueda disfrutar de las actividades comunitarias, pasear, vivir con más seguridad y sin miedo a la soledad o a no tener apoyo en los momentos difíciles. Una sociedad con más redes de apoyo, con mejores servicios públicos, con un acompañamiento psicológico accesible y continuado, es una sociedad mejor. Ese es un reto que debemos construir con realidades y con la cooperación y participación activa de todas las realidades de este puzzle.

El gran reto de este Día Mundial es el de la coordinación interadministrativa y el refuerzo conjunto para lograr más recursos y más ágiles con los que atender realidades gravísimas. Si logramos dotar de los recursos necesarios y aprovechar bien los fondos europeos para los cuidados, podremos afrontar con mayor éxito situaciones colectivas y también realidades muy graves vinculadas a la salud, como las que acompañan a un alto porcentaje de personas sin hogar, vinculadas a la patología dual. Si toda la comunidad rema en esta dirección y se hace una apuesta decidida por políticas públicas que pongan la salud mental en el centro del debate, daremos un enorme salto como sociedad en la buena dirección.

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