tribuna

25-N, hacia la erradicación de las violencias machistas

Hay asuntos en los que tenemos la obligación moral, personal y colectiva, de no cerrar los ojos

Hay asuntos en los que tenemos la obligación moral, personal y colectiva, de no cerrar los ojos. Y uno de ellos, sin duda, es la violencia machista y sus consecuencias devastadoras. Hace poco conocíamos unas estadísticas terribles: la mitad de los jóvenes de Tenerife niega este tipo de violencia, según un estudio elaborado por el Cabildo y la Universidad de La Laguna. Las cifras que arroja ese trabajo son difíciles de asumir en la época en la que vivimos, porque nos alertan sobre una realidad que normalmente ignoramos y que tiene una enorme importancia en nuestro presente y nuestro futuro como pueblo. Que la mitad de la juventud tinerfeña niegue que exista una violencia específica contra las mujeres es, además de triste, muy preocupante; especialmente si pensamos que esos chicos y chicas están en edades clave en la formación de la personalidad, por lo que se hace urgente que trabajemos para revertir esa situación. Pero esas no son, por desgracia, las únicas cifras que nos preocupan. El año pasado, el Servicio de Atención a la Mujer Víctima de Violencia atendió a 15.582 mujeres en Canarias, 6.877 de ellas en Tenerife y 1.187 en La Laguna. El Ayuntamiento de La Laguna está comprometido con las mujeres que la sufren. Y por eso, como hemos venido haciendo desde que llegamos al gobierno municipal, este mes, con motivo del 25-N, Día Internacional contra las Violencias Machistas, seguimos trabajando de manera transversal para implicar a las instituciones, pero también a la sociedad, en un problema que nos afecta a todos. Bajo el lema La libertad de decidir sobre nuestros cuerpos se están llevando a cabo en el municipio una serie de actividades encaminadas a visibilizar, concienciar, -especialmente a los jóvenes- y avanzar hacia la igualdad en todos los ámbitos. Queda mucho camino por recorrer. Y no será fácil, porque la violencia de género tiene muchas caras y muy cambiantes, sucede en muchos y muy diferentes espacios y deja a su paso víctimas directas y colaterales. No estamos hablando solo de números escalofriantes. Son historias reales, vidas que quedan truncadas por una lacra que debemos erradicar, cueste lo que cueste. Historias que suceden en nuestra calle, en nuestro barrio, en nuestro edificio, en nuestros espacios públicos. Nos queda por delante un trabajo complejo que tenemos que abordar juntos, pero no vamos a ceder ni un solo milímetro de terreno a quienes maltratan, ni a quienes se empeñan en negar una realidad que nos avergüenza como sociedad y que no nos podemos permitir si queremos llamarnos evolucionados. Es necesario que trabajemos en educación, en detección, en protección. Desde todas las áreas y en todos los frentes. Es un deber para quienes gobernamos y conocemos, en el caso de alcaldes y alcaldesas, la cara cercana y dolorosa de esta violencia. Tenemos que poder sentirnos orgullosos del mundo que vamos a dejar a nuestros hijos e hijas, a las generaciones próximas de hombres y mujeres que queremos que nazcan y se desarrollen en el respeto y en la plena igualdad. Mientras eso se consigue, el próximo 25-N y todos los días del año, seamos conscientes de la necesidad de alzar la voz ante los casos de violencia machista, de no volver la espalda ni apartar la mirada cuando nos encontremos ante estos hechos, de denunciar y aislar a los maltratadores. Cada uno, en nuestra pequeña parcela, en nuestro pequeño ámbito de acción, podemos contribuir a mejorar nuestro mundo y el Mundo. Ojalá no se quede solo en un deseo.

*Alcalde de San Cristóbal de La Laguna

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