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Colapso en las autoescuelas para examinarse del carnet de conducir

Los alumnos ‘aptos’ tienen que esperar en Canarias una media de 4 o 5 meses para presentarse al examen de conducir debido al sistema de cupos, el denominado CAPA, implantado por la Dirección General de Tráfico
Coches de autoescuela. / Foto de archivo EP

Si ya antes de la pandemia era muy lento sacarse el carnet de conducir, ahora los alumnos van a tener que tener mucha paciencia. La media en estos momentos en Canarias está en unos 4 o 5 meses, una cifra que aumentará con toda seguridad hasta los 8 meses durante el verano. Este problema, según explica a DIARIO DE AVISOS, Jesús Menéndez, director de las autoescuelas La Guagua, no se debe a la COVID, sino al CAPA (Capacidad de Pruebas de Aptitud); un sistema implantado por la Dirección General de Tráfico hace un año que redistribuye el número de alumnos que puede examinar cada autoescuela. Su intención era la de facilitar la organización del calendario de los exámenes de conducir, optimizar los recursos y reducir los tiempos de espera. Sin embargo, esto no está siendo así. Todo lo contrario.

Según Menéndez, lo que está provocando es un grave problema a las autoescuelas, a los alumnos y a las empresas de transporte. “Al examinar menos alumnos, impartimos menos prácticas y estamos teniendo muchos problemas con los alumnos porque somos nosotros los que tenemos que decidir quién se presenta al examen y quién no”.

Pero para ponernos en antecedentes. ¿Qué es el sistema CAPA? Se trata de una serie de algoritmos y probabilidades que tienen en cuenta la bolsa de alumnos de las autoescuelas, la capacidad de examen de las Jefaturas y una duración secuencial y determinada del ciclo para gestionar la demanda de exámenes de conducir. Dicho de otro modo, el sistema calcula cuántos alumnos y cuántos examinadores hay y, a partir de un cálculo, determina la capacidad de la DGT para examinar, estableciendo un número máximo de alumnos que una autoescuela puede llevar a examen.

Aprobados

Antes, había un cupo máximo de tres alumnos por examinador, salvo cuando había examinadores disponibles. Ahora, el sistema calcula qué necesita cada autoescuela en concreto y determina las plazas, en función del número de alumnos que tengan el teórico aprobado. Es decir, CAPA parte del concepto “bolsa”, entendido como el número total de alumnos con el examen teórico aprobado en los dos últimos años para el B (o con la prueba de destreza aprobada, para el resto de permisos), que son los que se pueden presentar a la prueba práctica, expresado en minutos, ya que el examen, en función del permiso al que se opta, dura 30 minutos (B), 35 (A) o 50 (C y D).

Se trata de un sistema que, además, premia a las autoescuelas con más aprobados. Según explica la DGT, el sistema funciona recogiendo los datos de los alumnos aptos en un trimestre en la primera convocatoria. Con estos datos se compara con la media provincial de alumnos que aprueban a la primera y en función del resultado obtenido de cada autoescuela, se le otorgará a cada centro de formación la posibilidad de añadir más alumnos al próximo examen, siempre teniendo en cuenta, que para acceder a esta posibilidad de añadir más alumnos, tiene que superar el porcentaje de alumnos aptos en la media provincial.

En caso contrario, que una autoescuela no supere la media de alumnos que aprueban a la primera, dicho centro podrá ser penalizado con la pérdida de presentaciones de alumnos a examen o reduciendo el número de alumnos que se pueden presentar en una convocatoria de examen. Este es un sistema que se repite cada 15 días, que es cuando se da a conocer el número de alumnos que puede presentar cada autoescuela. En definitiva, con el nuevo sistema, la DGT espera que los alumnos se preparen bastante mejor a la hora de presentarse al examen práctico de conducir, aumentando las estadísticas y porcentajes de aprobados a la primera.

Dicho esto, y teniendo en cuenta que la intención de la DGT no es mala, el problema es que el reparto de cupos se hace en función del número de examinadores que en ese momento estén operativos, no de la demanda real. “Y esto es un gran inconveniente porque hay muy pocos examinadores y la DGT no quiere ni poner más ni pagar horas extra”, declaró Menéndez. Es cierto, además, que la CAPA ha permitido que el porcentaje de aprobados en la primera convocatoria aumente, ya que las autoescuelas presentan a los exámenes a aquellos alumnos que consideran “aptos” para aprobar, pero esto genera un problema que explica muy bien Menéndez: “Somos nosotros los que tenemos que decidir qué alumno se presenta al examen y cual no, y esto nos enfrenta a los alumnos, porque podemos tener más aptos que cupo a presentar”.

A esto se añade un segundo problema, y es que las autoescuelas están haciendo menos prácticas, y en consecuencia tendrán que subir las tarifas. “Cuando a un alumno le dices que no se podrá presentar al examen hasta dentro de un mes, inmediatamente deja de hacer prácticas, y las hace una semana antes del examen, y esto es muy malo”, señala Menéndez, “no solo porque no se prepara bien, sino porque se colapsa la autoescuela. Hay semanas en las que los profesores no hacen prácticas y están parados y otras, normalmente antes del examen, en las que estamos desbordados”.

Carnet profesional

Menéndez puso sobre la mesa también otro gran problema que es el de las empresas de transportes o aquellas personas que tienen urgencia en sacarse el carnet porque lo necesitan para el trabajo. “No se trata de un capricho para los jóvenes, sino de un derecho para muchos para poder trabajar en el sector del transporte, para el acceso a oposiciones o simplemente para garantizar su movilidad”. “Las empresas de transporte en Canarias se encuentran en estos momentos en un gran problema, porque si antes se tardaban 3 semanas en sacarse un carnet profesional, ahora está en 3 o 5 meses”.

Menéndez auguró una muy mala solución a este problema. “Tras la crisis económica de 2008 y la huelga de examinadores, ahora nos enfrentamos a esto. La única solución es cerrar, reducir personal o subir los precios”. Señaló que en estos momentos, hay en Tenerife unos 5.000 alumnos considerados aptos para presentase al examen de conducir y no se pueden presentar. “Tienen que esperar a ser incorporados en los cupos y en el mejor de los casos tendrán el carnet en 4 o 5 meses”. Cada 15 días, CAPA le da un cupo a los centros de formación dirigidos por Menéndez, un cupo de 18 a 20 alumnos que puede presentar a examen. “Nosotros tenemos capacidad para presentar 40”. “Si un alumno suspende”, explicó, “tendrá que esperar, en el mejor de los casos, un mes para volverse a examinar porque lo más probable es que el cupo de los siguientes 15 días esté cerrado”. En caso de los centros de formación La Guagua, la prioridad es para las personas que necesitan el carnet para trabajar o los profesionales, “pero esto nos juega una mala pasada porque los alumnos se enfadan y no es que no queramos examinar es que tenemos un cupo. Antes se tardaba un mes en sacarse el carnet, ahora 5 meses. En verano esta cifra se doblará, porque el cupo no aumentará porque los examinadores serán los mismos, o menos, porque hay dos que se van a jubilar”.

Menéndez lo dice claro: “No nos quedará otro remedio que reducir personal o subir los precios, ya que al hacer menos prácticas nos veremos obligados”. Por ello, reclama que se aumente el número de examinadores para que el cupo pueda aumentar y sacarse el carnet de conducir no se convierta en una “actividad de lujo”.

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