el charco hondo

Cuentos de hadas

De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial. El compromiso con nuestros hijos permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito privado, pedimos el máximo respeto a todos los que nos rodean. Cuatro líneas, tan gélidas como eufemísticas, han bastado para anunciar que Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin han acordado que no continuarán indefinidamente, o por un tiempo limitado, alimentando sentimientos empezados pero en última instancia no finalizados por causas sobrevenidas, episodios inesperados, experiencias más o menos inéditas y otros cambios climáticos. Sintiéndose obligados a huir de las palabras que describen situaciones, separación, divorcio, ruptura, el príncipe que salió rana y la infanta distraída han contado lo suyo tirando del idiolecto que la Casa Real utiliza cuando pretende esconder un elefante (con perdón) en una caja de zapatos. Es normal que disfracen las frases o jueguen con las imágenes. El lenguaje de las monarquías bebe de los cuentos, y viceversa, de ahí que siempre nos hayan hablado, y continúen haciéndolo, como si fuéramos menores de edad, edulcorando las frases, quitándoles hierro, coloreando los hechos, no vaya a ser que descubramos que los reyes son los padres, hijos, yernos y nueras. Con todo, el comunicado no deja de ser inspirador. En horas, días o semanas -no más allá- verá la luz una nota de prensa tremendamente similar, redactada en términos parecidos. De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación parlamentaria. El compromiso con nuestros militantes permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito político, pedimos el máximo respeto a todos los partidos que nos rodean. De esta forma, tan principesca, Coalición y Nueva Canarias anunciarán -más pronto que tarde- que han interrumpido su matrimonio de conveniencia en el Congreso de los Diputados. Los términos acordados en el transcurso de las últimas elecciones generales (redactados, y firmados) se los ha llevado el viento. Nos presentamos unidos -se dice en uno de los párrafos del acuerdo- demostrando, una vez más, que por encima de todo siempre estará Canarias. Tampoco este cuento de hadas ha tenido un final feliz. Mientras la rana se pasea por la playa con su actual pareja (¿acaso alguien cree que la conoció horas antes en la orilla?) CC y NC discuten en público sobre si el intercambio del escaño debe efectuarse un mes antes o después, evidenciándose que el problema no se reduce a cuatro semanas sino a la irreversible división del nacionalismo canario y, entre otras variables, a que Román Rodríguez no está por la labor de tener a Coalición con dos diputados de aquí a finales de 2023. Fin.

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