Nuevo episodio el vivido ayer en el Parlamento de Canarias con los trenes, y en concreto, con el discutido tren del Sur en Tenerife. Si fuera por la votación -solo votó en contra Podemos, a pesar de que curiosamente está a favor del tren en Gran Canaria- se diría que la mayoría de los canarios están favor de esa infraestructura, pero sin embargo hay quienes tienen miedo de decirlo abiertamente o quienes dudan de su “prioridad” en estos momentos.
Una situación que se volverá a vivir mañana en el Pleno del Cabildo, con una moción del PP similar a la PNL presentada ayer por Ciudadanos, el mismo partido que retiró en el último pleno insular la propuesta de incluirlo en la Red Estratégica de Ferrocarriles de España, atendiendo a los consejos de Pedro Martín, amenazado por Sí Podemos de romper el pacto de Gobierno.
Y mientras se discuten las bondades y maldades del tren, sigue aumentando el parque automovilístico y nuestra población crece 10.000 habitantes al año, mientras mantenemos las carreteras que ya colapsaban hace 20 años, cuando teníamos la mitad de vehículos de los que tenemos ahora, casi uno por usuario. El tren no es la única solución, pero no hay que descartarlo si ponemos las luces largas hacia una Isla Verde en 2030.