Apenas han pasado 21 años desde que finalizaran las llamadas guerras yugoeslavas en los Balcanes y Europa vuelve a ser escenario de un conflicto bélico aún más temible, por cuanto Rusia, una potencia nuclear de primer orden, es el país que ha iniciado las hostilidades con una invasión de Ucrania, que, pese a las reiteradas advertencias de los últimos meses, ha sorprendido por sus dimensiones. Lejos de contentarse con las provincias orientales, más afines a Moscú, las tropas han penetrado en el país vecino con tanta eficacia militar que, en poco más de 24 horas, se situaron a las puertas de la capital, Kiev, que ha sido bombardeada. La batalla no parece tener más colores que los de la superpotencia, cuyos paracaidistas tomaron anoche el estratégico aeródromo de Hostomel.
La situación del todavía gobierno ucraniano es tan desesperada que su presidente, Vladímir Zelenski, llamaba ayer a la ciudadanía para que se sumase a las fuerzas que le son leales y que han sido incapaces de frenar una ofensiva iniciada poco antes de las tres de la madrugada (hora canaria), cuando empezó lo que su colega ruso, Vladímir Putin, denominó como una “operación militar especial” en la región del Donbás, en el este de Ucrania.
Con el paso de las horas se supo que la invasión llegó desde tres frentes: el citado del Donbás, otro por el sur (Crimea) y el tercero al norte, precisamente el avance que ha llegado hasta la capital ucraniana.
Además de estos movimientos de tropas, los rusos han invadido a los ucranianos con ataques con misiles y explosiones que se registraron durante todo el día cerca de grandes ciudades y sobre la infraestructura militar ucraniana. El portavoz de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, mostraba anoche su satisfacción en nombre del Kremlin, donde se daban por concluidas las operaciones militares de ayer después de que las Fuerzas Armadas hayan alcanzado “con éxito” todas las metas marcadas. “Todas las tareas planteadas a las tropas de las Fuerzas Armadas de Rusia en el marco del primer día se han cumplido con éxito”, aseguró Konashenkov, quien anunció que 83 infraestructuras terrestres han sido destruidas o inhabilitadas.
Dentro de la retórica propagandística con la que Moscú argumenta este ataque (Putin sostiene que los errores de Lenin están en el origen de la crisis actual a la par que promete ‘desnazificar’ Ucrania), el citado portavoz destacó que las fuerzas de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk han logrado romper, gracias al apoyo ruso, el perímetro marcado por las tropas ucranianas. Como dato más llamativo entre las conquistas rusas destaca la de Chernóbil, pero más importante es la ciudad de Jersón, en el sur, dado que así desbloquea Rusia el Canal de Crimea del Norte, que une la península homónima con el río Dniéper.
Al no ser Ucrania un país miembro de la OTAN, está solo hoy ante el gigante ruso, pero Estados Unidos y sus aliados europeos claman ante lo que se considera una violación evidente del Derecho Internacional y de la soberanía de este estado. De momento, el norteamericano Joe Biden anunca la imposición de nuevas y “fuertes” sanciones contra Rusia, dando por hecho que, aunque no tendrán efecto inmediato, terminarán por convertir a Putin en un “paria” en la escena global. Biden compareció después de horas de contactos con los países socios; también con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y recordó que Estados Unidos llevaba ya semanas advirtiendo de lo que podía pasar – “hemos sido transparente”, dijo-, frente a un “teatro político” organizado desde Rusia que consistía en negar de forma reiterada cualquier posible riesgo de invasión.
Biden, que no tiene previsto hablar con Putin a corto plazo, dijo que el mandatario ruso tiene “ambiciones mayores que Ucrania” y que, de hecho, aspira a “restablecer la Unión Soviética”.
Por su parte, los líderes de la UE debaten si finalmente aprueban la exclusión de Rusia del sistema bancario SWIFT y otras posibles medidas energéticas en una reunión que transcurre sin dispositivos móviles para asegurar la confidencialidad.
La peor parte, como siempre, se la lleva una población indefensa que ayer intentaba huir de Kiev por miles y miles, pese a las temperaturas bajo cero. Se estima que unos 100.000 ucranianos ya han huido de sus casas en busca de refugio por países vecinos como Moldavia o Polonia. Alemania anuncia que está preparada para acoger a un gran número de refugiados.
Equilibrio estratégico de Pekín
Mientras contempla cómo sus rivales en la lucha por la supremacía mundial se asoman al abismo que supone la guerra, Pekín evitó ayer condenar el ataque de Rusia a Ucrania al tiempo que pedía contención “a todas las partes” y ponía énfasis en salvaguardar la soberanía de los estados, en un claro ejercicio de equilibrismo político. Su portavoz de Exteriores, Hua Chunying, eludió usar la palabra “invasión” para describir la agresión rusa y pidió moderación “para evitar que la situación se descontrole”.