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Hijos de Putin y otros cleptócratas rusos

La vida de lujo de los vástagos de los oligarcas del Kremlin en Occidente
Hijos de Putin y otros cleptócratas rusos
Hijos de Putin y otros cleptócratas rusos

Vladímir Putin le tiene declarada la guerra al malvado Occidente, a Europa, a Estados Unidos, y se abandera con la alta superioridad moral, frente a la falta de ética del Oeste.

Este odio hacia el hemisferio del poniente, sin embargo, no le ha impedido ni a él ni a su círculo cercano, en una escala que ruboriza a la mayoría de los partidarios del capitalismo, proveer a sus hijos de todos los lujos que la riqueza desmedida obtenida por oscuros medios del pueblo ruso les permite.

Estados Unidos ha anunciado sanciones adicionales contra Rusia, luego de las atrocidades cometidas por las tropas rusas en Ucrania. Entre los que figuran en la última lista de sanciones se encuentran dos hijas adultas del presidente Vladímir Putin, debido a que muchos de los activos del presidente ruso están presuntamente a nombre de miembros de la familia.

Putin se ha negado a reconocer públicamente los nombres de sus hijos, pero el Departamento del Tesoro estadounidense identificó a las hijas sancionadas como Maria Vladimirovna Vorontsova y Katerina Vladimirovna Tikhonova. Una de ellas es endocrinóloga pediátrica, y la otra, una exbailarína competitiva que ha danzado su carrera hacia lo más alto del mundo de la tecnología. Ambas son hijas de la exesposa de Putin Lyudmila Putina, una azafata de Aeroflot con quien Putin se casó en 1983, de la que se divorció después de tres décadas de matrimonio. 

En la vida pública rusa, las hijas no son identificadas como hijas de Putin y durante años se mantuvieron fuera del foco de atención. Pero sus perfiles han aumentado paulatinamente en los últimos años a medida que han asumido posiciones influyentes dentro del país, demostrando que el nepotismo por aquellas latitudes sigue vivito y coleando.

La primogénita

Maria Vladimirovna Vorontsova es conocida por varios otros apellidos. Faassen es su apellido de casada y, a veces, también se la llama Maria Putina. La primogénita del presidente ruso figura como doctora en el Centro de Investigación de Endocrinología de Moscú. El sitio identifica a Vorontsova como vicepresidenta de la Sociedad Rusa de Jóvenes Endocrinólogos y dice que habla inglés, alemán, francés y holandés. Según el Departamento del Tesoro de EE.UU., Vorontsova dirige programas financiados por el Estado que han recibido miles de millones de dólares del Kremlin para la investigación genética y son supervisados ​​personalmente por Putin. Además de su investigación científica, según los informes, tiene intereses comerciales, es copropietaria de una empresa involucrada en la implementación del proyecto de inversión privada en sanidad más grande de Rusia.

La segunda hija de Putin

Katerina Vladimirovna Tikhonova nació en Alemania en 1986, mientras Putin estaba destinado allí por la KGB. El apellido que utiliza es el de su abuela.

Durante años fue bailarina acrobática competitiva, pero actualmente es una ejecutiva de tecnología cuyo trabajo apoya al Gobierno de Rusia y la industria de defensa. Según la Radio Nacional Pública de Estados Unidos, en 2015, Bloomberg informó sobre una nueva incubadora de empresas emergentes y un centro científico de 1.600 millones de dólares junto a la Universidad Estatal de Moscú, a cargo de Tikhonova. En ese momento, dirigía el Centro Nacional de Reserva Intelectual y era miembro de la junta económica del Estado de Moscú. Tikhonova, ahora separada, estuvo casada con Kirill Shamalov, accionista de una empresa petroquímica rusa e hijo de un viejo conocido de Putin de San Petersburgo. Las participaciones corporativas de la pareja ascienden a 2.000 millones de dólares. El matrimonio también es propietario de una villa en Biarritz, Francia, con un valor estimado de casi cuatro millones de dólares.

Hijos de Putin y otros cleptócratas rusos

Los otros hijos (y nietos) de Putin

Bajo el secretismo en cuanto a la vida privada del mandatario ruso, se cree que su pareja actual es la medallista de oro olímpica, la gimnasta rítmica Alina Kabaeva, con quien presuntamente tiene varios hijos, y actualmente estaría viviendo en Suiza. Se rumorea que Putin tiene más hijos fuera del matrimonio, todos los cuales parecen haber vivido en países occidentales. Estos informes siempre han sido negados por el Kremlin. 

Los vástagos de los oligarcas rusos

Lejos de las necesidades que pasan las familias rusas, los hijos de los oligarcas viven una vida de lujos que incluyen jets privados, elegantes apartamentos en las zonas más privilegiadas de París, vacaciones en destinos VIP de esquí y educación en universidades de élite en Londres y Nueva York. Sus padres poseen propiedades de primera clase en las avenidas más exclusivas de las capitales europeas, y no se cortan un pelo en sus perfiles en las redes sociales, luciendo vestidos carísimos de marca. Todo este derroche, mientras sus padres hipócritamente critican sin pudor a Occidente.

Uno de las grandes exponentes es Dmitry Peskov, subjefe de gabinete y principal portavoz de Vladímir Putin, que además es uno de los que más despotrica contra el Oeste. Estados Unidos sancionó a Peskov, su esposa y dos hijos adultos (de dos matrimonios anteriores), afirmando que la familia vive estilos de vida incongruentes con el salario de funcionario público de Peskov y probablemente se basan en la riqueza mal habida de las conexiones de Peskov con Putin. Al menos dos de sus hijos se criaron en gran medida en Europa Occidental antes de regresar a Moscú como adultos.  Si bien el Tesoro de los EE.UU. no explicó los excesos cuestionables, Peskov, quien ocupó su cargo durante casi una década y, según los informes, ganó 173.000 dólares en 2020, pero ha sido fotografiado, usando al menos un reloj valorado en más de medio millón de dólares. Según una investigación de la Fundación Anticorrupción fundada por el líder opositor ruso encarcelado Alexei Navalny, la exesposa y los hijos de Peskov poseen vehículos de lujo y casas multimillonarias en todo el mundo, incluidas Rusia y Francia, en marcado contraste con los casi 20 millones de rusos que viven en la pobreza. La riqueza desmedida y aparentemente inexplicable de estas familias se reduce a un solo concepto: cleptocracia, es decir, el gobierno de los ladrones, que se ocultan tras una complicada red de compañías ficticias, bancos en paraísos fiscales y transacciones oscuras que dificultan encontrar el origen de los fondos, y que, para colmo de males para el pueblo ruso, se despilfarra con frecuencia en las economías occidentales. 

 Otra joya es el ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, quien envió a su hija a prestigiosas universidades de Londres y Nueva York.  Incluso la hija de la supuesta amante de Lavrov aparentemente se beneficia de su posición influyente según la Fundación Anticorrupción.  Polina Kovaleva, a quien el Gobierno del Reino Unido se refiere como la hijastra de Lavrov, aunque oficialmente no está casado con su madre, posee un apartamento de casi seis millones de dólares en uno de los barrios más caros de Londres.

La Fundación Anticorrupción reveló que Kovaleva compró el apartamento de Kensington cuando tenía solo 21 años. El piso está muy bien situado, en las inmediaciones del prestigioso Imperial College, del que fue estudiante.  Según publicó CNN, la hija mucho menos visible de Lavrov, Ekaterina Vinokurova, ahora de 39 años, asistió a la Universidad de Columbia en Nueva York, donde vivió durante 17 años, antes de obtener su título de posgrado en la London School of Economics. Tanto Kovaleva como Vinokurova fueron sancionadas por el Reino Unido. 

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