Contrariamente a lo que cuentan las voces de ciencias, la sombra es algo más que la ausencia de una luz que, esperada, no alcanza su destino porque queda bloqueada por cuerpos u objetos. Dicen, los que sí saben, que cuando estamos iluminados ejercemos una fuerza mayor que cuando estamos a oscuras, porque a la fuerza que ejercen los cuerpos hay que sumar la transferida por los fotones que chocan contra nosotros, y si eres ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital y renuncias a salir en las fotos de familia (antes o después de los foros o similares) logras el milagro de convertir las fotos que no has permitido en los fotones que acompañan a Nadia Calviño negándose a comparecer cuando es la única entre ellos. Hace meses, en febrero, la vicepresidenta avisó de que no volvería a hacerse una foto en el que fuese la única mujer. Ha cumplido. El lunes se negó a posar en una jornada patrocinada por la confederación empresarial, donde se repitió la escena que pone de relieve la oxidada imagen de un país con un álbum de fotos escasamente paritario. Nadia Calviño ha sido directora general de Presupuesto de la Comisión Europea, de la Competencia, y también de Mercado Interior; ella juega en otra liga. Se puede permitir libertades, gestos y licencias que no están al alcance de cualquiera; por ejemplo, afear la escasa presencia de mujeres en la presidencia de foros, jornadas o eventos, y, en esa dirección, innova atreviéndose con la psicología inversa cuando consigue ser el fotón del día por haberse negado a salir en la foto. Jugando con fotos y fotones la vicepresidenta logra colocar en lo más alto del escenario que pisa la queja que quiere proyectar. Calviño se sitúa en el futuro con su táctica. Mientras una legión de cargos públicos u orgánicos saturan la atmósfera a golpe de fotos que rara vez emocionan, agitan, convencen o transmiten algo, la ministra materializa un efecto multiplicador inusual haciendo algo tan sencillo, y de carácter, como salirse de la foto. A estas alturas, cuando algunos creen que no queda nada por inventar, la ministra, sin duda de lo mejorcito del Gobierno, se ha sacado de la chistera un truco de fotos y fotones, que, como cuentan los que sí saben, chocan contra los cuerpos jugando con las sombras. Calviño se mueve pero sigue saliendo en la foto, ha inventado el robado pretendido negándose al posado-posado. A veces, como es el caso, un gesto en apariencia insignificante dispara la difusión y pegada de una reivindicación. Sabe la ministra que la sombra es algo más que la ausencia de luz, y actúa en consecuencia.