Héctor Rodríguez siempre tuvo el gusanillo de subirse al escenario y ser el protagonista del espectáculo. Ser un artista y vivir de ello no es nada sencillo, y menos en los tiempos que corren, pero él nunca se ha rendido. De hecho, aunque su gran pasión es la música, su personalidad inquieta y su carácter dicharachero le han llevado a despuntar en otro arte: la comedia.
“Me siento más realizado que nunca”, confiesa a DIARIO DE AVISOS con la voz ronca y alegre que le caracteriza. Es difícil que no suelte alguna risa al terminar cada frase, pero sabe ponerse serio cuando toca, y lo hace cuando echa la vista atrás y recuerda sus orígenes, y también para contar qué sueños le quedan por cumplir.
Su debut como monologuista fue en noviembre de 2019, con el nombre artístico de Héctor Blue. La mayoría de sus amigos lo llaman así por el club de jazz que dirigía con éxito, el Blue Note Jazz Club, ubicado en Tejina. Fue durante muchos años promotor musical y le ha servido de experiencia para controlar mejor los nervios, pues ya había presentado algún que otro evento antes de lanzarse a la complicada aventura de hacer reír a los demás. La primera vez se presentó con un texto titulado “Peor imposible”, en el Plan b del Goya, un local situado en Santa Cruz, y desde entonces no ha podido parar.
Un año después, en 2020, participó en el concurso de monólogos de Hollyday World, en Maspalomas (Gran Canaria), y en el mítico Regia Comedy de la capital tinerfeña, colándose en la gran final. Pero, como ocurre en prácticamente todos los ámbitos artísticos, “la falta de popularidad en este gremio hace que sea difícil encontrar fechas de modo continuo”. Por ello creó el proyecto Canary Stand UP, un colectivo de humoristas, y, paralelamente, un circuito de locales donde se ofrecen este tipo de actuaciones. El estallido de la pandemia de COVID-19 y la declaración del estado de alarma en España “hizo que esta idea se frenara”, si bien “empezó con buen pie en locales como el mencionado Regia Comedy, Vórtice Cafe, Plan b, Ecléctico Café y algunos más, y continuará desde que se pueda”.
“La falta de popularidad en este gremio hace que sea difícil encontrar fechas de modo continuo”
A pesar de su “muy breve trayectoria”, este cómico de Valle Guerra cuenta con cuatro monólogos diferentes de creación propia en los que narra historias ficticias cargadas de humor negro y crítica social, eso sí, sin renunciar a la canariedad: no abusa de un contenido excesivamente autóctono para poder llegar a más personas.
A Héctor se le iluminan los ojos cuando piensa en su próxima cita, el próximo sábado en Café Teatro Rayuela, donde, a las 21:00 horas, volverá a subir al escenario para presentar Frenético!, un monólogo que destaca “por su ritmo acelerado y una gran cantidad de golpes”, con los que tratará de mantener al público atento durante la hora y veinte minutos que dura el espectáculo. A pesar de que el reto es mayúsculo, espera que su definido estilo de humor negro, dotado de una gran carga de crítica social y un sinfín de anécdotas divertidas, cale en el público.
de la música a la comedia
Desde 1988, cuando organizó su primera semana cultural en el Instituto Antonio González González, en Tejina, Héctor Rodríguez no ha dejado de promover grupos musicales de diferentes estilos. Pero en 1999 dejó clara su predilección, el jazz, y montó el Blue Note Jazz Club, por el que pasaron la mayor parte de artistas de este género en el Archipiélago, otros que llegaron desde distintos rincones de la geografía española y algunos que destacaron en el panorama internacional, de la talla de la cantante Buika, David Mengual, Federico Lechner, Antonio Serrano, Rubem Dantas, Alann Pérez y el recientemente fallecido y leyenda del latin jazz Jerry González. El éxito del local fue tal que llegó a ser reconocido como el centro neurálgico del jazz en Canarias.
Pero la curiosidad de Héctor no se basaba únicamente en la música y, por ende, decidió organizar actuaciones Stand Up bajor, el nombre de “humorízate”, pasando por su espacio populares cómicos, como Yanely Hernández, Juanka, Wiso e Ignatius Farray, entre otros de sobra conocidos por estos lares.
-Entonces, Héctor, ¿por qué cambió la música por la comedia?
“Pertenezco a una familia de músicos reconocidos, sobre todo en el folclore canario. Mi abuelo es Ángel Hernández Arvelo (Ito), reconocido en las Islas por su habilidad con el laúd. Dejó una huella imborrable en este estilo musical en Canarias. Y también tengo algunos primos y tíos ligados a la música, pero cantar, por ejemplo, a mí no se me da bien y siempre tuve algo de frustración por ello”.
El tinerfeño encontró su vocación en compartir historias a través del humor, algo de lo que ya se había dado cuenta en su época como promotor. En cada actuación que presentaba, hacía algunos pinitos humorísticos contando anécdotas muy cortas: “Fue entonces cuando descubrí que podía hacer reír a los demás con cierta facilidad”.