el charco hondo

El enfoque

A principios de mayo apunté, aquí, en este rincón, sobre el desenfoque que históricamente ha distorsionado, y frustrado, el necesario análisis sobre el crecimiento de la población en las Islas, un debate que en el transcurso de las últimas legislaturas ha naufragado sin llegar a puerto porque, intencionadamente o no, siempre terminó saliéndose de la carretera, contaminado por acusaciones de xenofobia u hostilidad al de fuera, al que llega, al otro. Ahora, sumergidos ya en el ecuador de junio, el Parlamento regional da el paso de constituir un grupo de trabajo, Comisión de Estudio sobre el reto demográfico y el equilibrio poblacional en Canarias, cuando lo suyo, lo certero, habría sido enfocar bien el análisis desde el principio, bautizándola con algo más de precisión, por ejemplo, Comisión de Estudio sobre la incidencia de la estrategia de formación profesional en el crecimiento poblacional de Canarias. Es ahí, en los errores de las políticas de formación, donde debe centrarse el estudio, ahí donde los miembros de la comisión deben bucear para dar con la razón de ese crecimiento poblacional. El análisis del crecimiento de la población en Canarias es tan oportuno como imprescindible enfocarlo adecuadamente, con inteligencia y puntería, yendo al núcleo, al epicentro de la causa. Flaco favor harán los componentes del grupo de trabajo si llevan la discusión a otros terrenos. No cabe culpar a los turistas (ciudadanos circulantes, de ida y vuelta) de que cada año la población crezca en miles de residentes. Los tiros no van por ahí, no en esa dirección. Esto no va de moratorias. Hay que avanzar hacia un modelo que capte turistas que gasten más y ocupen menos, sí, de acuerdo, pero ni de lejos la receta puede ser reabrir el melón de moratorias que suelen provocar un efecto contrario al deseado. Tampoco va de afear la presencia a quienes llegan buscando trabajo, gente que merece tanto respeto como el que quisimos para nuestros emigrantes. Ni moratoria ni rechazo al que llega. La población crece porque estamos fracasando con la formación y el encaje oferta-demanda, y, bien porque no contamos con la preparación necesaria, bien porque nos preparamos para lo que no se necesita, bien porque algunos planes generan una zona de confort, miles de empleos generados aquí no son ocupados por quienes ya están aquí. Salvo que aspiren a despilfarrar energías, dietas y calendario, el enfoque que debe dársele a los trabajos de la comisión pasa por centrarse en la formación y el puente que la une con el mercado laboral. Entretenerse circulando por las carreteras secundarias de moratorias o xenofobias de distinta intensidad desembocaría en otro fracaso, en otro naufragio de proponentes, asistentes y componentes.

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