“Al rey Juan Carlos lo echaron de España entre todos en complot con Letizia, porque ella lo odia”. Así hablaba el veterano periodista Jaime Peñafiel (89 años) sobre la relación entre el ex jefe del Estado y la actual reina de España -a efectos prácticos suegro y nuera- en una entrevista reciente con EL ESPAÑOL.
Y, aparentemente, la relación entre ellos era y sigue siendo la misma: nefasta. Este domingo, día 12 de junio, ATRESplayer Premium ha emitido el cuarto capítulo del documental Los Borbones: una familia real, que deja de manifiesto, entre otras cosas, que Juan Carlos I (84) “no aguanta” a Letizia (49).
El soberano se avergonzaba de que su hijo se hubiera enamorado de la nieta de un taxista, sin linaje, apellido ni sangre azul y con una madre enfermera. Una mujer divorciada, con un pasado republicano y, además, periodista. Ella, Letizia, no era como las otras, esta era “un problema de verdad”, se afirma en el episodio.
La vida sentimental de Felipe de Borbón (54), entonces príncipe de Asturias, era de sumo interés para la prensa del corazón de la época. Era joven, guapo, un hombre de casi dos metros de altura, soltero y lo más importante: llamado a ser rey de España con el destino escrito.
Por ende, la mujer con la que el benjamín de Juan Carlos y Sofía (84) pasase por el altar se convertiría en la reina consorte de todos los españoles. El monarca quería para su hijo la esposa perfecta, y Letizia, a sus ojos, no lo era.
De su lado tenía a la Constitución Española, pues el artículo 57.4 lo dice muy claro: “Aquellas personas que teniendo derecho a la sucesión en el trono contrajeran matrimonio contra la expresa prohibición del Rey y de las Cortes, quedarán excluidos en la sucesión a la Corona por sí y sus descendientes”.
Pudo tumbar el actual rey emérito el amor de juventud de su hijo con Isabel Sartorius (57) -tenía una vida “complicada” para la Corona- y, por supuesto, el de Eva Sannum (47) tras acudir, en contra de su voluntad, a la boda de Haakon (48) y Mette-Marit (48) de Noruega con ese vestido azul de escote infinito sobre el que se escribieron ríos de tinta. Pero no estaba dispuesto Felipe a renunciar una vez más al sentimiento del amor por los caprichos de su padre. Era Letizia o nada.
Así las cosas, el príncipe de Asturias llevó a su novia a cenar a casa, en la que fue una reunión llena de tensión y zancadillas en el palacio de La Zarzuela. Tras la incómoda visita de Letizia y en un pulso contra Juan Carlos I, a lo que en el documental llaman “jaque al Rey”, Felipe decide plantar a la Familia Real en uno de los días más importantes del año para la institución: el desfile de las Fuerzas Armadas del 12 de octubre de 2003.
En su lugar, el príncipe de Asturias y su novia, aún periodista y presentadora de informativos en Televisión Española, volaron a Nueva York para cenar con Woody Allen (86). A su regreso, el Rey claudica y el día 1 de noviembre, tres semanas después, Casa Real anuncia el compromiso de Felipe de Borbón con Letizia Ortiz Rocasolano.