La escena no podría ser más corriente. Una mujer vestida de blanco sonríe a la cámara de su móvil. Luego enfoca a su hija de tres años, con síndrome de Down, que empuja con ganas un cochecito negro y rosa. “¿A dónde vamos?”, pregunta la madre. “A ver a Anna”, contesta la pequeña Liza.
Son las 09:38 de la mañana en la localidad ucraniana de Vinnytsia, al suroeste de Kiev. Apenas una hora y media más tarde, tres misiles rusos impactarán en la ciudad de la pequeña Liza, acabando con la vida de 21 personas, incluida la de la niña.
El vídeo es en realidad una historia de Instagram que ha sido difundida este jueves por el Ejército ucraniano a través de Telegram.
Junto a la grabación aparece una desgarradora imagen publicada por el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania que muestra las secuelas del bombardeo: el carrito tirado en el suelo con el cuerpo sin vida de una niña, vestida con la misma ropa que la del vídeo, y un pie amputado de una persona adulta.
Se trata, según sostiene la página oficial de turismo de Ucrania en sus redes sociales, de Irina Dmitrieva y de su hija, Liza. Ambas se dirigían a la guardería cuando fueron alcanzadas por las bombas de largo alcance que destruyeron este jueves un bloque de oficinas en una zona residencial.
Irina, de 33 años, habría perdido una pierna durante el ataque y estaría en cuidados intensivos. Era diseñadora y bloguera, y vivía en Vinnytsia desde el pasado febrero, cuando se trasladó para acompañar a su madre.
La madre de la pequeña Liza compartía en sus redes cómo era cuidar a una niña con síndrome de Down
De acuerdo con los medios ucranianos, estaba divorciada y era muy activa en Instagram, donde hablaba sobre cómo criar a una niña con síndrome de Down. También daba consejos a otras madres e incluso grabó una historia sobre cómo ella y Lisa iban a un terapeuta del habla, según la web de turismo del país, que ha publicado fotografías de ambas.