El síndrome de Alejandría, también conocido como Génesis de Alejandría, suele asociarse con una extraña mutación genética producida únicamente en las mujeres y que se caracteriza por provocar que los ojos se tornen a un color púrpura.
Esto unido además a unas determinadas características biológicas muy concretas como piel pálida, ausencia de vello corporal, metabolismo acelerado, excelente visión o una larga esperanza de vida que superaría los 100 años.
Pero ¿qué hay de realidad detrás de este extraño síndrome? ¿Está realmente estudiado o comprobado como el síndrome de hikikomori o de la vida ocupada, o realmente se trata de un mito? En este artículo trataremos las características y síntomas normalmente asociados a este síndrome y la verdad que se esconde detrás de él.
¿Qué es el síndrome de Alejandría?
Según la teoría, el síndrome de Alejandría sería la consecuencia directa de una mutación genética que solo afectaría a las mujeres y que se manifiesta con un notable cambio de color de ojos a un llamativo color violeta.
Pero esto no es todo, y es que de hecho también se le acompañan otros síntomas y características como: piel extremadamente clara que no se quema con la exposición solar, cabello que se torna castaño oscuro, ausencia de vello corporal, así como ausencia del ciclo menstrual (a pesar de que puedan tener hijos), sistema inmune especialmente fortalecido, apariencia más joven, cuerpo atlético y delgado y una llamativa esperanza de vida que ubicaría a las personas que lo padecen entre los 120 y los 150 años de edad.
Una serie de capacidades únicas que más bien parecen más cercanas a una película de superhéroes o en este caso de superheroinas y que han hecho que este síndrome de Alejandría haya pasado a convertirse en uno de los más mencionados del siglo XXI. ¿Pero cuáles son exactamente sus síntomas y qué hay de realidad o mito detrás de él?
Síntomas asociados
Ojos de color violeta. Las nacidas con ojos azules, aproximadamente alrededor de los seis meses experimentan un cambio de color a un tono púrpura.
Piel clara y resistencia a la exposición solar. Las personas que padecen este síndrome tendrían la piel especialmente clara, pero sorprendentemente también resistente a la luz solar.
Ausencia o escasez de vello corporal. El vello corporal solo estaría presente en la nariz, las pestañas, la cabeza y en las cejas.
Sin menstruación y fértil. Se dice que las mujeres que lo padecen no menstrúan, pero sí serían fértiles.
Gran longevidad. Se dice también que las personas con síndrome de Alejandría pueden vivir incluso hasta los 150 años.
Apariencia más joven. Otro rasgo característico es que las mujeres que lo sufren aparentarían entre 5 y 10 años menos a su edad real y los signos del envejecimiento no empezarían a notarse hasta una edad muy avanzada.
Tendencia a cuerpo atlético y delgado. Las mujeres tendrían una apariencia atlética y una tendencia delgada.
La verdad sobre el síndrome
En definitiva, una serie de rasgos casi imposibles y más cercanos a la ciencia ficción que afectarían a las mujeres que sufren este peculiar síndrome de Alejandría y al que también se le asocia un curioso origen.
Según la teoría que rodea a este síndrome, su nombre habría aparecido por primera vez en el norte de Europa alrededor del siglo XIV y asociado al caso de Alexandría Agustín, una mujer nacida en Londres en 1329 que a pesar de haber nacido con los ojos azules, se vio como a poco se le fueron modificando a un violeta intenso.
Un caso que a pesar de haber sido llevado primeramente a un sacerdote de la época y haber sido más asociado a la superstición y a la brujería en un primer momento, finalmente, habría sido asociado a una modificación genética muy concreta que ya se había visto en otros casos similares ocurridos en Egipto en el pasado.
Una historia más cercana a una película de ciencia ficción, que a pesar de contar con numerosos defensores en todo el mundo, no cuenta con ninguna modificación genética o síntoma realmente lógico y comprobado científicamente.