La estructura que aplastó y mató a un joven de 22 años el pasado fin de semana en el festival Medusa de Cullera, en Valencia, estaba anclada con dos maceteros con un peso de más de 1.000 kilogramos cada uno.
Los agentes de la Guardia Civil que investigan el suceso se han desplazado en los últimos días al recinto para inspeccionar las instalaciones y comprobar los sistemas que se utilizaron para sujetar distintos elementos, según la información avanzada este viernes por Las Provincias de fuentes de la investigación.
El desprendimiento de elementos de la estructura del escenario principal y de la entrada, provocada por repentinas ráfagas de un denominado “reventón cálido“, causó la madrugada del sábado decenas de heridos -varios de ellos de gravedad- y la muerte del joven. Fue “un accidente desgraciado, inesperado e inevitable”, según manifestó con rotundidad la organización tras conocerse la muerte del joven, vecino de Daimiel (Ciudad Real).
El Ayuntamiento de Cullera se pronunció en la misma línea, pero con mayor vehemencia. Su alcalde, Jordi Mayor (PSOE), dijo que el consistorio tramitó “todos los permisos y garantías jurídicas y administrativas”, ya que se trata de una administración “muy rigurosa y escrupulosa”.