Hace algunas semanas contamos la curiosa historia de Toño Piñeiro, el hombre que tras comprar una casa que quería rehabilitar en Galicia encontró billetes de peseta ocultos en botes de Nesquik. Toño no podía ya cambiarlos, porque el Banco de España decía que había acabado el plazo: pues bien, los billetes encontrados en botes de Nesquik podrían acabar en manos de un canario.
Toño Piñeiro decidió comprar una casa en Sober, en Lugo. Tenía que restaurarla, por la que comenzó con una labor que iba a darle no una, sino varias sorpresas. Toño comenzó a encontrar botes de Nesquik escondidos en varias dependencias y, cuando los abrió, comprobó que contenían billetes, sobre todo de 5.000 pesetas, dentro. Halló hasta 9 millones de pesetas (54.000 euros) pero no ha podido cambiar todo ese dinero.
Según cuenta El Progreso de Lugo, la casa llevaba cuatro décadas “prácticamente cerrada” por eso, Toño, que se dedica a la construcción, se puso poco a poco a restaurarla. La alegría que se llevó porque “era un buen dinero para los arreglos” se ha tornado en decepción, porque, aunque pudo cambiar parte de esos, otros tendrá que quedárselos : “Me dijeron que el plazo había acabado, que no se podía hacer nada. En total, son cuatro los millones de pesetas que no podrá cambiar”.
Los últimos billetes, de 5.000 pesetas, son de 1979, por lo que esperaba que, al menos, los coleccionistas puedan pagar por este dinero encontrado en botes de Nesquik que, además, iban apareciendo poco a poco en diferentes lugares: “Imagino que los guardaban ahí para evitar la humedad, Algunos estaban en mal estado, pero los últimos, por ejemplo, estaban perfectos: era increíble”.
Aparece un coleccionista
El caso es que, tal y como cuenta el Diario de Pontevedra, el hombre encontró un primer posible comprador. Se trata del diseñador Pepe Cruz, una de las primeras personas que mostró interés por hacerse con una parte de los billetes hallados en la vivienda.
“Cruz explica que le interesan los seis modelos de la serie de billetes de 200, 500, 1.000, 2.000, 5.000 y 10.000 pesetas que el Banco de España puso en circulación entre 1979 y 1985, puesto que estaban diseñados por su progenitor, José María Cruz Novillo”, señalan desde el Diario.
Toño Piñeiro indicó al Diario de Pontevedra que se pondría en contacto con el diseñador a fin de ofrecerle los billetes. Si Pepe Cruz no adquiere todos los que encontró durante las obras de su casa, llamará a un coleccionista canario que se puso en contacto con este periódico con el mismo objetivo, por lo que esos billetes podrían viajar hasta las Islas.