el charco hondo

Deshoras

Si en su último libro de cuentos, Deshoras, Julio Cortázar jugó sin jugar con las palabras y, entre otros malabarismos, situó al lector ante espejos que mienten y dicen la verdad al mismo tiempo, en las deshoras del parlamentarismo autonómico algunos grupos están jugando con las iniciativas sin jugar, vendiendo a la opinión pública propuestas y relatos que dicen la verdad y mienten a la vez, haciendo trampas, resucitando al tercer año urgencias e ideas legislativas que han tenido hibernando placenteramente en los cajones durante toda la legislatura, pero que ahora, coincidiendo con el olor que desprenden las urnas, necesitan abanderar para tener discurso, titulares y alguna que otra entrevista. Las deshoras son malas compañeras de viaje. El destiempo desaconseja impulsar debates o propuestas en meses de descuento parlamentario. El aroma a colegio electoral contamina el aire, invita a no dar la cara con lo del sueldo de los presidentes de la comunidad autónoma o, entre otros ejemplos, anima a no remover la hipotética implantación de la ecotasa. No es el momento. Ahora no. Ese debate asoma a la superficie a deshora. Esa bandera, teñida de pancarta electoral, no debe coger forma a destiempo. Esta no ha sido una legislatura como cualquier otra. Es cierto que la pandemia estrechó el calendario, robó muchos meses. Con todo, tampoco esa realidad justifica que ahora, a destiempo, y a deshora, se precipiten discusiones o decisiones que no pueden materializarse al galope, con prisas, corriendo, dejando en un segundo plano las razones o sinrazones de fondo, porque la urgencia no es tanto recaudar como dárselas, a buenas horas, de ciudadanos ruidosamente sostenibles. Calma. Pasos de esa naturaleza deben abordarse en los primeros meses de cualquier legislatura, en otro escenario, cuando las urnas estén bien lejos y la sospecha de oportunismo no ahogue el criterio de oportunidad. Quienes hablan del carácter finalista de lo recaudado saben que ese compromiso suele firmarse en barras de hielo. Los promotores tienen la cabeza en la finalidad de la iniciativa -recuperar ante los suyos un discurso que tenían aparcado- y bastante menos en el perfil finalista de la propuesta. El momento parlamentario, así como el terremoto que están sufriendo las economías familiares y las empresas (con facturas que nacen, crecen y se reproducen, pero no mueren) desaconsejan seguir adelante con esa ecotasa. Escribió Roberto Bolaño que la verdadera revolución de Cortázar está en sus cuentos. Hay quienes pretenden colocar ante la opinión pública retales de una revolución que no deja de ser un cuento, otro cuento.

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