tribuna

Despegando con las renovables

Las energías renovables son esenciales para el presente y el futuro del planeta, amenazado gravemente por la Crisis Climática de la que ya notamos muchos de sus efectos, con la intensificación de todo tipo de fenómenos extremos: incendios, deshielos, sequías, inundaciones por lluvias torrenciales, temperaturas extremas, aumento del nivel del mar… Las energías limpias son esenciales, además, en un momento en que la subida de los precios de los combustibles fósiles ha hecho reaccionar a los distintos estados para buscar fórmulas para reducir su impacto en la factura eléctrica, por sus consecuencias en el conjunto de la sociedad; en la vida cotidiana de la gente que se ve afectada en su economía por el coste de la electricidad y por sus efectos sobre el conjunto de los precios, disparando la inflación; en las administraciones públicas, que son también grandes consumidores en hospitales, centros de salud, instalaciones educativas, culturales o deportivas; y en las empresas, dañadas por el fuerte incremento de sus costes energéticos.

El compromiso con las energías renovables ha estado presente siempre en el ideario y en la acción política desplegada por Nueva Canarias. Con nuestras actuaciones en ayuntamientos, comarcas e Islas. Así como con nuestras propuestas en el Parlamento canario o en el ámbito estatal. Desde un principio, y prácticamente en solitario, nos opusimos a la implantación del gas en Canarias. Y lo seguimos haciendo al considerar que reafirma el modelo de predominio de las energías fósiles -contaminantes, dependientes y costosas- y que, además, supone un freno significativo a la transición energética que pasa por alcanzar, en el periodo más corto posible, la plena extensión de las energías renovables.

Como señalamos en nuestro V Congreso Nacional, la transición justa hacia un modelo de energía 100% renovable y la eliminación gradual de los combustibles fósiles constituyen las dos tareas clave para la protección del clima. La descarbonización rápida y constante moderniza simultáneamente la economía y la industria, asegurando así la prosperidad social y el empleo. Para descarbonizar todos los procesos económicos, las energías renovables deben expandirse masivamente y acoplarse de manera eficiente en sectores como el eléctrico, el transporte, el industrial, el agrícola y el residencial, a través de redes de transporte y microrredes.

Dificultades y ventajas

Canarias presenta dificultades y ventajas en todo lo vinculado con la producción de energía. Entre las dificultades actuales se encuentra el hecho de disponer de cinco sistemas eléctricos aislados y solo uno (Lanzarote-Fuerteventura) interconectado. Además, padecemos una total dependencia del exterior al utilizar para producirla combustibles de origen fósil, de los que carecemos. Nuestros costes de producción eléctrica son muy superiores a los del territorio continental del Estado, aunque ese sobrecoste se encuentra sufragado por el REF en los Presupuestos Generales del Estado, con una partida inicial este año de más de 700 millones de euros.

Pero nuestro archipiélago presenta, sobre todo, y hay que aprovecharlas, un conjunto de enormes ventajas. En pocos lugares del mundo se aúnan las positivas condiciones para la plena implementación de la energía solar fotovoltaica y la eólica (tanto terrestre como marina), la mareomotriz o la geotérmica. Por otra parte, en estos momentos se desarrollan las obras del salto de Chira, que supondrá un avance cualitativo en la penetración de las renovables en Gran Canaria, reduciendo la dependencia del exterior, así como generando un uso eficiente del agua y contribuyendo de forma decidida al imprescindible e inaplazable combate contra la Crisis Climática.

La combinación de nuestras extraordinarias condiciones naturales, el progresivo desarrollo de las tecnologías que hacen cada vez más eficientes las energías renovables y una buena gobernanza, situando a estas y al conjunto de acciones contra la Crisis Climática como prioridad política, posibilitan el optimismo en este ámbito.

Los retos que suponen alcanzar en 2030 el 55% de emisiones de CO2 y en 2040 lograr la neutralidad en carbono exigen un esfuerzo consensuado de todas las instituciones y de la sociedad civil de las Islas. Con desafíos muy relevantes, entre ellos los que afectan al crecimiento de la eólica marina, la extensión del autoconsumo o la promoción de las comunidades energéticas. Así como todo lo vinculado con el almacenamiento.

Respecto a la potencia total instalada en parques eólicos y solares era de 609,40 megavatios en el año 2019 y, con lo que se ha ido autorizando e instalando desde entonces, supone una potencia adicional de casi 450 MW.

Con un gran salto respecto a los parques solares, donde se han autorizado 156,78 MW que posibilitan prácticamente duplicar lo que había hace tres años. La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial estima que Canarias ya cuenta con 1.055,32 MW (superando, por tanto, la barrera de 1 Gigavatio), lo que colocaría el peso de las renovables en el 27% del total de la potencia instalada antes de que finalice la legislatura.

Autoconsumo

Por otra parte, es destacable el avance en el autoconsumo (potencias inferiores a los 100 kW). Al principio de la legislatura había 157 instalaciones de este tipo para un total de 9,08 MW. Hoy disponemos de 5.067 instalaciones, por una potencia total de 59,13 MW (una subida del 551%). Hay que persistir en esa línea y, asimismo, continuar esforzándose en la instalación de paneles solares en los edificios públicos y en el impulso y el apoyo a las comunidades energéticas. Estos desarrollos en el autoconsumo energético suponen, además, la creación de empresas y la generación de numerosos puestos de trabajo, siendo imprescindible incrementar el número de personas cualificadas en este ámbito laboral en las Islas.

Hay que destacar que prácticamente todos los ayuntamientos de Canarias, así como los siete cabildos insulares, se han adherido al Pacto de las Alcaldías por el Clima y la Energía Sostenible, programa de la Comisión Europea que implica la adhesión voluntaria de corporaciones locales y regiones a los compromisos con los objetivos climáticos y energéticos de la Unión Europea. Las corporaciones locales y el Gobierno de Canarias deben ir de la mano para contribuir a alcanzar los objetivos previstos para 2030, el referido 55% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Hemos avanzado mucho en el último periodo. En 2019 el porcentaje de potencia renovable instalada era del 18,43% y en esta legislatura alcanzará el 27%, es decir un incremento del 46,50%. Pero resulta todavía insuficiente. En los próximos años hay que seguir implementando esta tarea que beneficia a toda la colectividad. Por el sustancial ahorro en los costes de la generación de electricidad. Por lo que supone medioambientalmente la progresiva eliminación de las que tienen origen fósil. Por generar empleo. Por suponer un valor añadido para el atractivo de las Islas para quienes nos visitan. Por el aumento de los niveles de soberanía energética. Por contribuir modestamente desde aquí a la ingente tarea de salvar a este castigado planeta. Una apuesta, incluso una obligación, que ya llega tarde, por lo que no puede demorarse más. Un reto que tiene que ser de todos o resultará inabordable.

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