Por Benjamín Reyes.| Valle de Guerra volvió a acoger este sábado el auto sacramental de la Librea con una gran afluencia de público. Más de 2.000 personas se congregaron en la plaza anexa a la iglesia vallera y correspondieron al final de la representación con siete minutos de aplausos el esfuerzo llevado a cabo por las 250 personas que la hacen realidad. La emoción se palpaba tras dos años en los que no se pudo desarrollar de la forma habitual por la consabida pandemia.
Repletas las 1.200 sillas dispuestas por la organización, los alrededores de la plaza se abarrotaron con otras 1.000 personas que vieron el espectáculo de pie. El público era de todas las edades. A mi lado un bebé, tras llorar unos minutos, no perdió ripió de la representación. La Librea conmemora la célebre batalla de Lepanto de 1571, donde participaron soldados canarios liderados por el capitán palmero Francisco Díaz Pimienta, como demuestran documentos albergados en la iglesia de El Salvador de Santa Cruz de La Palma.
No se quisieron perder el acto el alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez; Yaiza López Landi, concejala de Cultura; Idaira Afonso, de Turismo, y Elvira Jorge, de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento lagunero. La Librea ha ido evolucionando con el paso del tiempo, pero siempre preserva la tradición. Cabe recordar que la documentación más antigua que se conserva sobre la Librea data de 1803. Juan Cairós es el artífice del texto y el cartel. Este año se introdujo una escena nueva, idea del director escénico Nacho Almenar: las plañideras. Las cuales hicieron las veces de narradoras, introduciendo a los espectadores en los acontecimientos previos a la histórica conflagración.
La Librea se acompañó de la intervención en directo de la banda de Nuestra Señora de Lourdes, que contó con la dirección de Mauro Fariña. El colofón lo puso el Ave María interpretado por Chago Melián y una vistosa exhibición de fuegos pirotécnicos.
De los 95 intérpretes que se metieron en la piel de los diversos personajes merece especial atención Vanessa Rodríguez Cairós, que encarnó a una dama cristiana. Fue la primera vez que una persona con movilidad reducida (emplea una silla de ruedas) participó en la librea vallera.
Entre los más de 2.000 asistentes figuraba Bianka Myftari, antropóloga que trabaja para el Ministerio de Cultura del Gobierno italiano con miras a que la Librea sea objeto de investigación en un proyecto ideado por el Servicio de la Dirección General de Bellas Artes y Paisaje y para el Instituto Central del Patrimonio Inmaterial de Italia.
La Librea ha obtenido numerosos reconocimientos, como el hecho de ser Bien de Interés Cultural (2007) y poser el premio internacional Cicop como Patrimonio Inmaterial Cultural, la insignia del Centro de Iniciativas Turísticas y el galardón del premio Amazigh como mejor acto de interés cultural. Desde junio de 2021 forma parte de la Plataforma de Patrimonio Inmaterial de España, reconocimiento otorgado por el Ministerio de Cultura.
La Librea de Valle de Guerra cuenta con el respaldo de las áreas de Cultura, Patrimonio Histórico y Turismo del Ayuntamiento de La Laguna, el área de Cultura del Cabildo de Tenerife, la Obra Social Fundación La Caixa y la aportación de los 250 socios de la Asociación de Amigos de la Librea de Valle de Guerra.
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