el charco hondo

La batalla del estado de ánimo (1)

La serotonina u hormona de la felicidad es una sustancia química que se genera tanto en el cerebro como en el intestino; funciona como neurotransmisor, hace posible la conexión entre las neuronas y actúa en diferentes partes del organismo, resultando fundamental en la regulación del estado de ánimo y de las emociones. La serotonina tiene la capacidad de sembrar felicidad o tristeza, bienestar e incomodidad en los cuerpos, en general, y en los cuerpos electorales, en particular. Cuando en el cerebro o el intestino de los partidos escasea la serotonina el ánimo del electorado se resiente respecto a esas siglas. Como ha advertido Daniel Innerarity (La izquierda y el placer, lo tituló) los cambios de ciclo no se dan por cálculos precisos sino por motivos que tienen que ver con el estado de ánimo, como el miedo, el cansancio o el pesimismo. Con el acierto que lo caracteriza, el catedrático de Filosofía Política percibe que a pie de calle ha calado que la izquierda es moralista, prohibicionista, nos quiere infelices, mientras que la derecha nos deja disfrutar haciendo lo que queremos. Este reparto de papeles puede resultar tan falaz como injusto, pero, como recuerda Innerarity, en política los relatos no son teorías científicas sino estados de ánimo que terminan imponiéndose y resultan más decisivos para configurar la opinión pública que cualquier evidencia. El problema de Pedro Sánchez, y, por extensión, de los socialistas, es que son otros quienes están ganando la batalla del estado de ánimo. Incluso quienes se están beneficiando en mayor medida con el escudo social, del que presumen en Moncloa, transpiran desgana en los sondeos frente a las ganas que exhibe la derecha. Solo si la izquierda acierta a modificar sus términos emocionales podrá recuperar el control, ahora en manos de una derecha a la que, empeorándolo desde la óptica socialista, Sánchez ha regalado el espacio de centro, generador, como la serotonina, de felicidad, buenas expectativas y mejores noches electorales. El presidente del PP, de gira este fin de semana por las Islas (confirmando que los mítines no son lo suyo, ni falta que le hace), sabe que Sánchez ha renunciado al centro para irse de excursión a los jardines de sus izquierdas, error mayúsculo que Feijóo rentabilizará en las urnas. El discurso de la derecha puede ser irresponsable -señala Innerarity- pero encuentra resonancia en tantos abatidos por las crisis que atravesamos. El PP va ganando por goleada la batalla del estado de ánimo. La serotonina electoral está jugándole al pie.

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