Paulino, presidente del F.C. Barcelona

Como Laporta va a coger pronto la puerta, se dice que le han ofrecido a Paulino Rivero –el señor Garrido— la presidencia del F.C. Barcelona, para que se vaya fogueando antes de decidirse por la del Tete. La noticia la acaba de dar la cadena de la Iglesia. Rivero ha dicho que se lo va a pensar hasta el 1 de enero del 2050 por la tarde, momento en que comunicará si acepta el cargo. Hay que ver lo que le está costando a nuestro ex presidente del Gobierno dar el sí a la oferta del nuevo C.D.Tenerife. Lo primero que le tienen que hacer es una propuesta económica, aunque los estatutos digan lo contrario. Si los estatutos no sirven para atraer presidentes, que los cambien, coño, que no sería la primera vez en España que unos estatutos societarios se cambian. Pasa todos los días. Pero esta desazón, ese deshojar la margarita trae de cabeza a los grandes accionistas locales y a los godos, que vienen en tropel. Así que, Paulino, acepta lo del Barça que será más rentable, aunque tengas que aprender el catalán; y no se te ocurra llamarlo dialecto porque te corren a gorrazos. Adopta la señera, aparca la bandera de El Sauzal y ponte a comer langosta en el puerto olímpico, que es la mejor langosta de toda Barcelona (no hablemos de la langosta de la Costa Brava, porque entonces habría que hacerte presidente del Gerona, que ahora se llama Girona). Manos a la obra y a activar nuevas palancas para que el Barça vuelva a sus viejas gestas deportivas, eclipsadas por Florentino Pérez y su tropa triunfal. Tengo para mí que sería la decisión más acertada de Paulino, que es más indeciso que mi sobrina Marta a la hora de elegir unos tenis en El Corte Inglés.