Mandará Garrido

Aunque gente de aquí conserve un buen paquete de acciones, en el Tete va a mandar un señor que se apellida Garrido, que no es de aquí. Es… bueno, es peninsular. Colocará a sus peones en el consejo, que tampoco son de aquí, y Paulino Rivero podría convertirse en un títere. Le recomiendo -no me coge el teléfono- que no acepte el cargo. Máxime si tampoco éste va a ser remunerado, ni tendría carácter ejecutivo. Mandarán los de fuera y, si no, al tiempo. Los de fuera, que no sé bien, a pesar de mi calificación generosa del principio, si son godos o peninsulares. La renuncia de Miguel Concepción, que lo ha hecho bien, no será tranquila sino traumática. Pronto, el Tete puede caer en manos de un fondo buitre o de un conglomerado de especuladores que pululan impunemente por el mundo del fútbol. Los tinerfeños perdimos el control. Yo vendí mis tres acciones; me dieron 300 euros por ellas. Se los regalé a mi sobrino, que se iba de viaje. Digo que veo a gente vendiendo acciones por ahí. El Tete es terreno abonado para la especulación. De entrada, las participaciones sociales ni siquiera tienen precio fijado y Miguel Concepción, por lo que dicen, ha vendido un buen paquete de títulos al tal Garrido, a quien no tengo el gusto. Igual me mandan a entrevistarlo en Los Limoneros. Sería una bonita conversación, pero parece que no se prodiga en los medios; sólo se prodiga con ciertos informadores. Paulino debe tener mucho cuidado, porque como decía el recordado don Luis Membiela de Vidal, presidente que fue de nuestra Asociación de la Prensa: “No hace falta acudir a los santos padres, ni al Aquinatense, para determinar que el porvenir es obvio”. Y se quedó tan pancho.