Dos jóvenes, un chico y una chica, han aceptado este lunes ser responsables de un delito de allanamiento de morada al entrar a la fuerza a la casa de la tía de ella, y por ello están de acuerdo con que se les imponga una pena de un año de prisión y el pago conjunto de 617 euros.
Con ese dinero se pretende reponer la puerta que destrozaron con el fin de quedarse a vivir en la vivienda, situada en el barrio de Ofra de la capital tinerfeña, y que es propiedad de la tía de la acusada.
La mujer tenía que ausentarse de forma habitual de la casa para cuidar a su madre y el 23 de mayo de 2019 su familiar para intentar quedarse a vivir allí de forma permanente.
Cuando llegó la propietaria se encontró con que la cerradura había sido forzada y los dos acusados se encontraban en el interior.
Dado que se llegó a un acuerdo de conformidad no se tuvo que elegir un jurado como la ley contempla para este tipo de delitos, y el declararse insolventes los condenados aceptaron abonar 50 euros al mes hasta cubrir la responsabilidad civil.
Este lunes también tuvo lugar otro juicio por el mismo delito, en este caso a raíz de que el propietario tuviera que ser ingresado en el hospital, y que cuando fue dado de alta se encontrase con que una señora vivía en el interior de su casa. La pena de conformidad también se ha situado en un año de prisión.
La diferencia entre el allanamiento de morada y el de ocupación es que en el primer caso la vivienda sirve de residencia habitual a una persona, mientras que en el segundo se encuentra vacía.
El allanamiento permite que las fuerzas de seguridad desalojen a quienes están dentro de la casa de forma inmediata, mientras que en el segundo delito tras un cambio de la Ley se hace más difícil echar a los ocupantes.