superconfidencial

Claudia, en la puerta de Tiffany

Paseaba yo por la Quinta Avenida de NY, camino de la tienda de Cartier para comprar el repuesto de la agenda de ese año, que vale una pasta. Y al pasar por Tiffany & Co, la famosa joyería -y más cosas-, situada una manzana antes, me di de bruces con Claudia Schiffer. Yo siempre llevaba una cámara -ahora con el móvil no hace falta- y la disparé una y otra vez sin que nadie me dijera ni media palabra. Esas fotos se han perdido pero se publicó alguna de ellas en un reportaje sobre Nueva York que firmé por ahí. Esa enorme chica alemana era una belleza; lo es todavía. En la acera de la Quinta Avenida rodaba un spot metida entre la gente, o quién sabe si una película. Desde luego, de fondo aparecía -en mis fotos- la puerta metálica de la famosa joyería, donde se rodó Desayuno con diamantes, la bella historia de amor protagonizada por Audrey Hepburn, George Peppard y José Luis de Vilallonga, marqués de Castelvell y grande de España. Los tres han fallecido, la película queda y a cada rato nos la ofrecen en las televisiones. Vilallonga, cuyas memorias he leído, era un gran seductor y un excelente escritor. Un buen cronista, fumador de puros, hombre simpático. En la película actuaba Mickey Rooney, que hacía de chino cabreado y ahora no sé por qué lo quieren eliminar de la cinta original. Los americanos también tienen esos complejos raros que empiezan a hacer mella en los españoles, merced a la izquierdona, porque la derechona pasa. Nueva York, una ciudad ya lejana para mí, tiene esos golpes de suerte, como cuando vi -y lo cuento en mis Memorias ligeras- a José Feliciano, que es ciego, conduciendo un Mercedes, por fuera del restaurante de Tito Puente.

TE PUEDE INTERESAR