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El príncipe Guillermo pasó San Valentín con su supuesta amante, según la prensa británica

Tal y como sostienen los tabloides, el hijo mayor de Carlos III y Hanbury, amigos desde hace años, fueron vistos disfrutando de una cena romántica
El príncipe Guillermo pasó San Valentín con su supuesta amante, según la prensa británica

Nuevo escándalo en el Palacio de Buckingham. Este pasado sábado, 18 de febrero de 2023, varios medios británicos han informado que el príncipe Guillermo (40 años) y Kate Middleton (41) no estarían pasando por su mejor momento como matrimonio. El motivo de este supuesto tenso trance de los príncipes de Gales lo han apuntado tabloides de la talla de Daily Mail, The Mirror o The Sun: Guillermo habría sido infiel a Kate Middleton.

No sólo esto, sino que se asevera, sin aparente género de duda, que el hijo mayor de la malograda Diana de Gales habría celebrado el Día de San Valentín junto a su supuesta amante. Los citados medios de comunicación se atreven a dar nombres y apellidos, y apuntan a Rose Hanbury, examiga de la princesa de Gales, como la tercera en discordia de este triángulo amoroso.

Siempre según la versión de la prensa de Reino Unido, el heredero al trono británico y Hanbury fueron vistos disfrutando de una cena romántica. Hace unas semanas, Daily Mail informó que habían escuchado a Kate Middleton expresar en una floristería que no esperaba que su marido le regalase flores por el Día de San Valentín, puesto que ya no era una tradición en la pareja.

A pesar de la evidente polémica que ha suscitado esta información -no en vano, podría poner en peligro tanto la continuidad de la Institución como el matrimonio de Kate y Guillermo-, el Reino Unido parece no haberse sorprendido en exceso ante este hecho, ya que precisamente desde el año 2019 se lleva especulando sobre este presunto romance.

A mediados de abril de 2019 unas imágenes comprometedoras del príncipe Guillermo llegaban a las redacciones de los medios británicos, y enseguida veían la luz también en las redes sociales. En ellas se podía a ver supuestamente al heredero al trono disfrutando de una desenfrenada velada en un exclusivo club nocturno junto a Rose Hanbury, hasta entonces, la mejor amiga de Kate Middleton.

Entre el humo y las luces moradas del club se intuían besos y caricias que el hijo de Lady Di dedicaba a su amiga agarrándola de la cintura. Estas fotografías revolucionaron a los británicos, y la prensa calificó directamente al futuro rey de “infiel”.

Lo que más llamó la atención de estas reveladoras imágenes fue la cercanía que mostraba la pareja. Y es que, semanas antes de conocerse estas pruebas, varios medios ya hablaban de una presunta relación extramatrimonial entre el Príncipe y la exmodelo durante el tercer embarazo de la duquesa de Cambridge, lo que puso a la opinión pública aún más en contra del nieto mayor de Isabel II.

En aquel momento, consolidados periodistas llegaron a confirmar los supuestos encuentros furtivos entre el heredero y Hanbury. Cuando estos rumores se hicieron incontrolables, Middleton evitó toda relación con Rose.

De hecho, desde los mentideros ingleses se hablaba de la existencia de “una fuerte pelea” entre ambas examigas, hasta el punto de que la esposa de Guillermo prohibió su presencia en actos reales o limitó severamente la distancia entre la aristócrata y los hoy príncipes de Gales.

Estas informaciones acabaron repentinamente con la hasta entonces inquebrantable amistad entre Rose y Kate. Tras más de una década unidas, todo se desmoronó de la peor manera posible. Su relación comenzó gracias a que pertenecen al selecto club de los Turnip Toffs. Este extraño término se utiliza para describir a los círculos de notoriedad y poder, y en concreto al grupo de aristócratas que viven en el exclusivo campo de Norfolk; residencia habitual entonces de los exduques y la marquesa.

El hecho de que estos altos cargos no puedan moverse hacia urbes más ajetreadas donde puedan ponerse en peligro hace que los que viven en la tranquila y lujosa zona se tengan que relacionar casi forzosamente, y así surgió la amistad entre las royal.

Pero la rebeldía de Rose Hanbury no es nueva. Revisando sus antecedentes personales se puede descubrir una vida repleta de montañas rusas, de polémicas y de contenido muy jugoso que ha protagonizado las portadas de varios tabloides amarillistas ingleses.

La mismísima historia de amor entre la exmodelo y su esposo ya fue muy mediática. Su relación fue apresurada y sospechosa para muchos británicos. En junio de 2009, en cuestión de tres días, anunciaron su compromiso, revelaron el embarazo gemelar de Rose y se casaron en secreto en el Ayuntamiento de Chelsea en Inglaterra.

Sólo cuatro meses después llegaron al mundo los pequeños Alexander Hugh George y Oliver Timothy George, los hijos del matrimonio que nacieron de forma prematura. Dada la compleja situación que vivieron con sus primeros bebés, la pareja se pensó mucho el ampliar la familia, y no fue hasta 2016 cuando llegó la menor, Iris.

Este flujo de noticias jugosas para los medios se agrandó con una polémica decisión. Para elegir quién de sus hijos heredaría el título nobiliario, y a falta de un primogénito concreto -pues tuvieron gemelos-, el matrimonio decidió escoger al heredero por el peso. “Han decidido que el octavo marqués será el niño que pesó más al nacer”, se publicó en The Telegraph. La diferencia era de apenas 226 gramos. La decisión fue tremendamente criticada entre la ciudadanía y por los expertos en protocolo aristocrático.

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