cultura

Toulouse-Lautrec inaugura el año de exposiciones en CajaCanarias

‘Mujer y belle époque’ recorre hasta el 15 de julio, en el espacio cultural de Santa Cruz de Tenerife, el universo creativo del artista francés, con más de un centenar de obras gráficas
La exposición puede contemplarse en la capital tinerfeña. / DA

La Fundación CajaCanarias ofrece hasta el 15 de julio la exposición Toulouse-Lautrec. Mujer y belle époque en su espacio cultural de Santa Cruz de Tenerife (Plaza del Patriotismo, 1). El montaje, que presenta el universo creativo del genio francés a través de cuatro ámbitos expositivos y más de un centenar de obras gráficas originales, puede visitarse de lunes a viernes (de 10.00 a 13.30 y de 17.30 a 20.00 horas), así como los sábados (de 10.00 a 13.30 horas). Toda la información sobre este estreno del calendario anual de exposiciones se halla en www.cajacanarias.com.

En la apertura de la muestra participaron ayer Rosa María Perales, su comisaria y profesora titular de Historia del Arte en la Universidad de Extremadura, y la presidenta de la Fundación CajaCanarias, Margarita Ramos, quien destacó que el conjunto de obra gráfica que se exhibe da buena cuenta de la maestría, sensibilidad e intereses temáticos que cultivó Toulouse-Lautrec, en especial, el universo femenino y la noche parisina.

Rosa María Perales y Margarita Ramos presentaron ‘Toulouse-Lautrec’. / DA

Toulouse-Lautrec. Mujer y Belle Époque se divide en cuatro secciones -lo urbano, la ilustración, el circo y la vida nocturna-, que plantean otras tantas versiones de los múltiples rostros del artista. De la misma manera que ensalza lo ridículo, su arte eleva la decadencia de una clase social y la perversión del entretenimiento en Montmartre. De ahí que su trabajo sea casi autobiográfico y con frecuencia sus creaciones sean una descripción exacta de los lugares a los que fue y las personas que conoció.

La muestra se articula a partir de cuatro ámbitos: lo urbano, la ilustración, el circo y la vida nocturna

Los espacios que trabajaba, le Chat Noir y le Moulin de la Galette, así como el emblemático Moulin Rouge, eran más que un lugar de espectáculo y cabaré, pues ofrecían extraños shows paralelos con payasos, bailarinas de cancán y adivinos. Ese mundo fue su refugio personal, frente a la incomprensión de su propio estatus nobiliario.

La exposición podrá contemplarse hasta el 15 de julio. / DA

LOS PERSONAJES

Entre estas gentes tuvo grandes amigas, como la bailarina Jane Avril, a la que dedicó cuadros y carteles; también llegó a obsesionarse con ellas, como con la cantante y también bailarina Marcel Lender, y representó a personajes reconocidos, como Valentín le Désossé, comerciante de vinos de día y bailarín por las noches, además de payasos y otros asiduos a las fiestas y espectáculos de los suburbios. Su vida difícil no le impidió crear una estética inconfundible, producto de un proceso de asimilación y decantación.

Con su lápiz negro tuvo poder para describir y mejorar la energía del movimiento y transmitir la sensación de color y la textura. La técnica era clara antes de que entrara a trabajar en los talleres de los grandes maestros de París.

La propuesta reúne más de un centenar de obras gráficas originales. / DA

Su obra se mueve entre intentos de ruptura, la influencia del Art nouveau y la vinculación con coetáneos como Degás y los postimpresionistas. También se inspira en la fotografía y en la estampa japonesa. De la primera adquiere, además de composiciones y temas, perspectivas complicadas, planos en fuga y puntos de vista imposibles, adelantándose al cinematógrafo.

TE PUEDE INTERESAR